Millones de israelíes y muchas personas alrededor del mundo se conmovieron hasta las lágrimas cuando Mia Leimberg, de 17 años, y su perro Bella, un Shi Tzu, regresaron a casa juntos después de pasar casi dos meses en cautiverio en Gaza tras haber sido secuestrados por terroristas de Hamas durante el intercambio de rehenes en diciembre.
Mia y su familia contaron a los reporteros que escondieron al perro en su abrigo, le enseñaron a estar en silencio en los túneles subterráneos y compartieron con ella la escasa cantidad de comida que les daban, lo que les dio fuerza durante su horrible experiencia.
Con solo un caso similar en el mundo, los investigadores no han estudiado los efectos de la separación de dueños de mascotas en una situación de crisis como esta, pero en Australia han investigado el profundo impacto de la separación forzada entre humanos y sus mascotas en mujeres víctimas de violencia doméstica, desastres naturales y falta de vivienda.
El único caso en el mundo - Mia: primera en ser mantenida en cautividad con su mascota
Esta revisión recién publicada de 27 años de investigación internacional acaba de ser publicada en la revista académica con revisión por pares Anthrozoös, la cual estudia las relaciones entre las personas y los animales en áreas tan variadas como la antropología, la medicina, la psicología, la medicina veterinaria y la zoología. El estudio revela los mayores riesgos para la seguridad y el bienestar psicológico cuando las personas se enfrentan a la amenaza de separación forzada de sus mascotas.
Los investigadores de la Universidad James Cook descubrieron que existen mayores riesgos para la seguridad y el bienestar psicológico cuando las personas se enfrentan a la amenaza de separación forzada de sus mascotas. Los resultados, según ellos, brindan conocimientos importantes para abordar los desafíos que surgen de la violencia doméstica, la falta de vivienda o desastres naturales que puedan amenazar el vínculo entre los seres humanos y sus mascotas.
El estudio fue realizado en Australia por la candidata a doctorado de la Universidad James Cook, Jasmine Montgomery, y los profesores Janice Lloyd y Zhanming Liang. "Nuestros resultados revelan el fuerte apego emocional entre las personas y los animales puede resultar en vulnerabilidad para ambos en circunstancias donde este vínculo está amenazado", explicó Montgomery.
"Cuando las personas se ven obligadas a separarse en el contexto de una situación de crisis, como un desastre natural, la falta de vivienda o violencia doméstica, puede resultar en angustia psicológica y un riesgo para su salud y bienestar, y su seguridad se ve realmente afectada. Lamentablemente, la revisión también confirmó que un resultado común para las mascotas en casos de violencia doméstica era el maltrato y/o la muerte."