El Director General del OIEA, Rafael Grossi, informó el lunes al Consejo de Gobernadores del OIEA que ha mantenido correspondencia con el nuevo presidente iraní Masoud Pezeshkian y tiene la esperanza de que una reunión cercana en el futuro lleve a avances con respecto al estancamiento nuclear.
Grossi especificó en una conferencia de prensa más tarde el lunes que espera encontrarse con Pezeshkian antes del día de las elecciones en EE. UU. el 5 de noviembre.
Señaló que desde la inauguración de Pezeshkian el 30 de julio, no ha habido progreso con la República Islámica, a pesar de las declaraciones públicas que algunos funcionarios han hecho intentando mejorar la situación con Occidente.
Grossi dijo: "No ha habido progreso en los últimos 15 meses hacia la implementación de la Declaración Conjunta del 4 de marzo de 2023", en la que Teherán había prometido comenzar a corregir varias de sus violaciones nucleares y su falta de cooperación con el organismo de control nuclear de la ONU.
Añadió: "Han pasado más de tres años y medio desde que Irán dejó de cumplir sus compromisos relacionados con el nuclear del JCPOA, incluida la aplicación provisional de su Protocolo Adicional, y por lo tanto, también han pasado más de tres años y medio desde que la agencia pudo llevar a cabo acceso complementario en Irán.
"En consecuencia, la agencia ha perdido continuidad de conocimiento en relación con la producción e inventario de centrífugas, rotores y fuelles, agua pesada y concentrado de mineral de uranio", declaró.
Además, señaló: "Irán dice haber declarado todo el material nuclear, actividades y ubicaciones requeridas bajo su Acuerdo de Salvaguardias del TNP. Sin embargo, esta afirmación es inconsistente con los hallazgos de la agencia de partículas de uranio de origen antropogénico en ubicaciones no declaradas en Irán. La agencia necesita conocer la(s) ubicación(es) actual(es) del material nuclear y/o del equipamiento contaminado involucrado".
Declaración iraní inconsistente
Grossi se refería a la extensa evidencia de violaciones nucleares iraníes que el Mossad expuso cuando allanó los archivos nucleares de Teherán en 2018.
También destacó que la República Islámica continúa aumentando su reserva de uranio enriquecido al 20% y al 60%, así como el número de cascadas que tiene para enriquecer uranio, todo ello en violación del acuerdo nuclear de 2015.
Durante los últimos años, cada pocos meses, la Junta del OIEA se ha reunido para abordar la cuestión nuclear de Irán, emitiendo una condena a Teherán en junio de este año y en 2022, pero hasta la fecha, no ha logrado remitir el asunto al Consejo de Seguridad de la ONU, donde las sanciones globales podrían ser "reaplicadas" a Irán.
El lunes, Grossi indicó que no había posibilidad de que la Junta del OIEA remitiera a Irán al Consejo de Seguridad de la ONU esta semana tampoco. De hecho, fue aún más lejos, sugiriendo que no anticipaba ninguna acción punitiva o amenazas en el futuro previsible por parte de la Junta del OIEA contra Teherán.
Aun así, Grossi albergaba la esperanza de que las negociaciones con la República Islámica pudieran mejorar lo suficiente la situación de estancamiento nuclear y antes de la fecha límite del 18 de octubre de 2025, momento en el cual varias restricciones nucleares y acciones punitivas relacionadas con Irán del acuerdo nuclear de 2015 expirarán.
Israel y Estados Unidos han esperado que Irán retroceda su programa nuclear antes de esa fecha límite, ya que después habrá poco margen de maniobra para presionar a Teherán, salvo un posible ataque militar.
Grossi también insinuó que pensaba que todas las partes involucradas podrían estar más dispuestas a llegar a una resolución una vez que los resultados de las próximas elecciones presidenciales de EE. UU. estén claros.
El ex presidente de EE. UU. y actual candidato presidencial republicano, Donald Trump, ha mantenido consistentemente una postura mucho más dura con Irán que los demócratas, incluida la vicepresidenta de EE. UU. y actual candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, quien ha apoyado firmemente un retorno al acuerdo nuclear de 2015.
Ninguna de las administraciones recientes de EE. UU. - Obama, Trump o Biden - ha logrado bloquear por completo el progreso de Irán hacia un arma nuclear, logrando algunas victorias con diplomacia o presión pero siendo finalmente superadas por la estrategia paciente de Irán.
Las operaciones del Mossad han demostrado ser efectivas para retrasar el progreso de Irán pero no para detener el programa nuclear.
Pezeshkian es visto como más moderado que su predecesor, Ebrahim Raisi, y que el líder supremo del país, el ayatolá Ali Khamenei, pero hasta ahora no hay señales claras de que tendrá el poder para hacer las concesiones al Occidente necesarias para poner fin al estancamiento actual.