La discusión en el gabinete de seguridad el jueves por la noche sobre el acuerdo de rehenes escaló a una disputa verbal entre el Primer Ministro Benjamin Netanyahu y el Ministro de Defensa Yoav Gallant, según dos altos funcionarios familiarizados con el contenido de la discusión.
Al comienzo de la reunión, el ministro de defensa presentó una revisión detallada a los ministros, argumentando que el acuerdo de rehenes es una encrucijada estratégica para Israel. Él enfatizó que si Israel no avanza con el acuerdo, las implicaciones son mucho más amplias que solo el tema de los rehenes, afirmando que tal inacción podría llevar a una guerra regional.
Dos altos funcionarios israelíes dijeron que hacia el final de la discusión, después de la medianoche, Netanyahu sorprendió a los ministros con un anuncio no planificado de que quería llevar a votación la presencia continua de las fuerzas de las FDI en el Corredor de Filadelfia.
Alboroto en la reunión del gabinete
Las declaraciones de Netanyahu causaron un alboroto en la reunión del gabinete. El ministro de Defensa Gallant se opuso a la medida, diciéndole a Netanyahu y a los demás ministros que cuando el gabinete toma una decisión oficial como esta, "ataría las manos de Israel" en las negociaciones sobre el acuerdo de rehenes.
Un funcionario israelí de alto rango dijo que después de que Netanyahu anunciara su intención de llevar el asunto a votación, Gallant respondió diciendo: "El primer ministro tiene la autoridad para llevar cualquier decisión a votación. Incluso para ejecutar a los rehenes".
Gallant afirmó que tomar una decisión oficial de permanecer en el Corredor de Filadelfia como parte del acuerdo de rehenes efectivamente entregaría el control de la dirección estratégica de Israel al líder de Hamas, Yahya Sinwar.
Gallant argumentó que si Sinwar no cede en el tema del Corredor de Filadelfia, significa que Israel ha renunciado efectivamente a uno de sus objetivos de guerra: el regreso de los rehenes.
"La elección está entre permanecer en el Corredor de Filadelfia y devolver a los rehenes. No se puede tener ambos", dijo Gallant durante la reunión. "Al final, veremos que o los rehenes morirán, o nos veremos obligados a dar marcha atrás en esta decisión".
El Jefe de Estado Mayor Herzi Halevi y el Director del Mossad David Barnea expresaron reservas antes de la votación. Según dos fuentes del gabinete, Halevi dijo durante la reunión que una decisión oficial de ese tipo sería una restricción innecesaria que complicaría aún más una situación ya compleja en relación con los rehenes.
Barnea también expresó reservas sobre la votación, afirmando que en este momento era innecesaria ya que el foco de las negociaciones en esta etapa no está en el Corredor de Filadelfia, sino en las listas de rehenes y prisioneros palestinos que serán liberados en el acuerdo.
"Netanyahu tendió una trampa a Gallant en el gabinete respecto al Corredor de Filadelfia. La discusión fue muy desagradable y se calentó", dijo una fuente familiarizada con los detalles de la reunión.
La Oficina del Primer Ministro afirmó que el jefe de Estado Mayor y el director del Mossad no expresaron reservas sobre la votación. El Portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel dijo que no harían comentarios sobre declaraciones hechas en reuniones clasificadas cerradas.