Las autoridades turcas cerraron el cruce fronterizo principal hacia el noroeste de Siria el lunes después de que las fuerzas de seguridad en la zona fueran atacadas por los locales enfurecidos por los disturbios anti-refugiados sirios que comenzaron a extenderse por Turquía a principios de esta semana.
La violencia comenzó tarde el domingo por la noche cuando residentes turcos de la ciudad central de Kayseri salieron a las calles en respuesta a informes filtrados en redes sociales de que un hombre sirio había abusado sexualmente de una niña de siete años.
Los alborotadores se dedicaron a la destrucción generalizada de propiedades, destrozando varios vehículos e incendiando negocios propiedad de sirios.
La violencia anti-siria se ha extendido por Turquía, con incidentes ocurriendo en las provincias de Hatay, Gaziantep, Konya y Bursa, así como en un distrito de Estambul, informó la agencia de inteligencia MIT de Turquía el martes.
Arrestos y protestas
Al menos 474 personas han sido arrestadas en relación con los ataques a la población siria, según el ministerio del interior de Turquía.
En el noroeste de Siria, los contra-manifestantes sirios se reunieron en respuesta, abriendo fuego contra las fuerzas turcas estacionadas en la región.
Los enfrentamientos armados entre soldados sirios y turcos resultaron en la muerte de cuatro personas en la ciudad fronteriza siria de Afrin.
En una declaración el martes, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan siguió sus comentarios anteriores culpando a su oposición política por la tensión, afirmando que organizaciones terroristas no especificadas estaban detrás de la violencia.
"Sabemos quién está jugando en estos juegos organizados por los restos de la organización terrorista. Ni nosotros ni nuestros hermanos sirios caeremos en esta astuta trampa... no cederemos al vandalismo racista", dijo Erdogan.