Un programa del Pentágono para reemplazar algunos de sus anticuados misiles balísticos intercontinentales
llevará años de retraso y superará en un 81% el presupuesto previsto, informó el lunes el ejército estadounidense.
El proyecto, ahora denominado programa de misiles balísticos intercontinentales Sentinel, está diseñado y gestionado por Northrop Grumman, y tiene como objetivo reemplazar los anticuados misiles Minuteman III.
Se calcula que el programa costará 140.900 millones de dólares, un 81% más que la estimación de costes de septiembre de 2020.
"Somos plenamente conscientes de los costes, pero también de los riesgos de no modernizar nuestras fuerzas nucleares y no hacer frente a las amenazas muy reales a las que nos enfrentamos", declaró a la prensa William LaPlante, Subsecretario de Defensa para Adquisiciones y Mantenimiento. LaPlante certificó que el programa debe continuar a pesar del sobrecoste.
El camino hacia la seguridad de EE.UU
"Hay razones para el crecimiento de los costes, pero no hay excusas. Ya estamos trabajando para abordar las causas profundas y, lo que es más importante, creemos que estamos en el camino correcto para defender nuestra nación", añadió LaPlante.
La mayor parte del aumento de los costes está relacionada con las instalaciones de lanzamiento, los centros de lanzamiento y otros procesos relacionados con la conversión de Minuteman III a Sentinel. Reuters ha informado de que el coste del "programa no modificado" podría ascender a 160.000 millones de dólares.
La nueva estimación del coste de Sentinel eclipsa el aumento de "al menos" 131.000 millones de dólares que las Fuerzas Aéreas hicieron público en enero.
Esto puso en marcha la Ley Nunn-McCurdy, una ley de 1982 que obliga al Pentágono a justificar formalmente ante el Congreso la importancia de un programa cuyos costes unitarios de adquisición hayan aumentado más de un 25% por encima de un valor de referencia