Ministerio de Sanidad clausura clínica por tratamiento de FIV defectuoso

Nuevas pruebas llevan al cierre de clínica por huevos infectados con hemofilia: "perjuicio claro e inmediato para la salud pública".

Imagen ilustrativa de la terapia Invitro. (photo credit: PROFESSOR RONIT MECHTINGER)
Imagen ilustrativa de la terapia Invitro.
(photo credit: PROFESSOR RONIT MECHTINGER)

La clínica de fecundación in vitro L.B., vinculada a un caso de importación de óvulos fecundados extraídos a una mujer con hemofilia B, cerró el domingo por decisión del Ministerio de Sanidad.

A raíz de nuevos hallazgos y pruebas adicionales que llegaron a la oficina, se llevó a cabo una auditoría sorpresa en la clínica que hizo temer un daño claro e inmediato para la salud pública.

El Ministerio de Sanidad declaró: "Seguimos examinando los pasos adicionales necesarios en el asunto, incluido el examen de la implicación de partes adicionales, bajo las limitaciones de una investigación penal. Seguiremos previniendo eficazmente los daños a la salud pública, incluida la de los pacientes de la clínica."

Prof. David Bider (credit: L.B. Clinic)
Prof. David Bider (credit: L.B. Clinic)

Las pacientes sufren la negligencia de un profesor

La semana pasada se dio a conocer el nombre del profesor David Bider, experto en cirugía y ginecología, fundador de la clínica L.B. y sospechoso de estar implicado en la importación de los óvulos defectuosos desde Georgia. En el marco de una investigación encubierta que se llevó a cabo durante varios meses en la unidad de fraudes del distrito de Tel Aviv, se acumuló material de investigación contra dos profesionales médicos de alto nivel. El primero es un embriólogo, jefe de un departamento en una de las cadenas de hospitales privados, y el segundo es un profesor que posee una clínica privada de fecundación in vitro y que realizó varias operaciones durante los últimos meses. Estos profesores estaban implicados en la importación de óvulos fecundados de Georgia para realizar la fecundación en Israel para sus pacientes. Se descubrió que algunos de estos óvulos tenían una grave enfermedad genética llamada hemofilia B.

Según las sospechas, los óvulos fueron extraídos de mujeres con hemofilia B en Georgia y devueltos a varias mujeres en Israel, de quienes el equipo de investigación recogió testimonios tras verse perjudicadas por el tratamiento y la devolución de los embriones. La policía dispone actualmente de los nombres de cuatro denunciantes. Además, hay un caso de una mujer en su vigésima semana de embarazo que sufrió un mortinato, y en otro caso, una de las madres dio a luz a un bebé infectado con hemofilia B. La policía confía en las pruebas recopiladas de que estos profesores cometieron los actos a sabiendas y conocían el alto riesgo de propagación de la enfermedad.