El veto de Turquía a Israel en la OTAN debilita la seguridad global ante Rusia e Irán

El veto de Turquía a Israel en la OTAN pone en peligro la defensa mundial frente a las amenazas de Irán y Rusia. ¿Qué consecuencias tendrá para la seguridad global? Infórmate aquí.

 (I-D) Recep Tayyip Erdoğan y Benjamin Netanyahu vistos sobre banderas de Turquía e Israel, respectivamente (ilustrativo). (photo credit: FLASH90/CANVA, REUTERS, SHUTTERSTOCK)
(I-D) Recep Tayyip Erdoğan y Benjamin Netanyahu vistos sobre banderas de Turquía e Israel, respectivamente (ilustrativo).
(photo credit: FLASH90/CANVA, REUTERS, SHUTTERSTOCK)

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se encuentra en un momento crítico, enfrentando crecientes tensiones geopolíticas en Europa del Este, inestabilidad en el Medio Oriente y una creciente competencia estratégica global.

El reciente uso del poder de veto por parte de Turquía contra la participación de Israel en un ejercicio crucial de la OTAN programado para septiembre de 2025 revela una preocupante vulnerabilidad interna. La decisión de Ankara no solo perjudica directamente a Israel, sino que también socava el marco de defensa colectiva más amplio de la alianza, debilitando su unidad justo cuando se necesita fuerza y cooperación.

Históricamente, Turquía ha sido un miembro indispensable de la OTAN, protegiendo el flanco sureste de la alianza y contribuyendo significativamente a los esfuerzos de defensa colectiva. Sin embargo, bajo el presidente Recep Tayyip Erdogan, ha divergido cada vez más de los principios estratégicos fundamentales de la OTAN, comprometiendo la confianza esencial para la cohesión de la alianza.

Un ejemplo destacado es la controvertida compra de Turquía del sofisticado sistema de defensa de misiles S-400 de Rusia, una violación directa de los protocolos de defensa integrada de la OTAN. Esta decisión resultó en la exclusión de Turquía del programa de aviones de combate avanzados F-35, debido a preocupaciones sobre el intercambio de inteligencia, arriesgando la exposición de datos sensibles de la OTAN a técnicos rusos y socavando las capacidades de defensa aérea colectiva de la alianza.

La intensificación de la cooperación militar de Ankara con Moscú amplifica estos riesgos. El continuo acceso de Turquía a las infraestructuras de comunicación y comando más sensibles de la OTAN, incluida la vital red táctica Link 16, plantea preocupaciones críticas de seguridad. Dada la dependencia de la OTAN de Link 16 para inteligencia en tiempo real y coordinación estratégica, la alineación estratégica ambigua de Turquía plantea amenazas operativas e de inteligencia tangibles para toda la alianza.

 El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, habla durante una rueda de prensa durante la cumbre del 75 aniversario de la OTAN en Washington, EEUU, el 11 de julio de 2024. (credit: REUTERS/Elizabeth Franz)Enlrage image
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, habla durante una rueda de prensa durante la cumbre del 75 aniversario de la OTAN en Washington, EEUU, el 11 de julio de 2024. (credit: REUTERS/Elizabeth Franz)

Políticamente, Ankara ha demostrado una disposición a aprovechar el proceso de toma de decisiones basado en el consenso de la OTAN para obtener concesiones no relacionadas. El retraso de Turquía en las solicitudes de membresía en la OTAN de Suecia y Finlandia, resuelto solo después de negociaciones prolongadas, destacó vulnerabilidades significativas dentro del proceso de toma de decisiones de la alianza, enviando señales contradictorias a Moscú en un momento en el que la claridad y la determinación eran críticas. 

Turquía ha citado consistentemente preocupaciones legítimas de seguridad, especialmente las amenazas planteadas por grupos kurdos como el PKK, reconocido como una organización terrorista por la OTAN, como justificación de sus demandas y acciones militares.

Turquía veta la participación de Israel en el ejercicio de la OTAN en 2025

Más recientemente, Turquía utilizó nuevamente el principio de consenso, vetando la participación de Israel en el ejercicio planificado de la OTAN sobre resiliencia y preparación para emergencias programado para septiembre de 2025 en Bulgaria. Esta acción dejó de lado a un socio estratégico clave y destacó las vulnerabilidades estructurales dentro de la OTAN, demostrando cómo la política nacional de un solo miembro puede debilitar directamente la efectividad operativa de toda la alianza.

Israel, aunque no es un miembro formal de la OTAN, sigue siendo un socio estratégico crítico a través de su Diálogo Mediterráneo, contribuyendo significativamente a las capacidades de defensa europeas y globales.

Se han documentado extensamente los beneficios estratégicos que Israel proporciona a los estados de la OTAN: recientemente, Alemania invirtió $3.5 mil millones en el avanzado sistema de defensa de misiles Arrow-3 de Israel (desarrollado por Israel Aerospace Industries, IAI) para fortalecer las defensas de Europa contra amenazas de misiles balísticos.

De manera similar, Estados Unidos ha adquirido el sistema de defensa Iron Dome de Israel (desarrollado por Rafael Advanced Defense Systems), actualmente desplegado operativamente dentro de las fuerzas estadounidenses, subrayando el valor único de Israel para las estrategias de defensa occidentales.

 El sistema antimisiles Cúpula de Hierro dispara misiles de interceptación de cohetes lanzados desde el Líbano, según se ve sobre Kiryat Shmona, 5 de marzo de 2024. (credit: AYAL MARGOLIN/FLASH90)Enlrage image
El sistema antimisiles Cúpula de Hierro dispara misiles de interceptación de cohetes lanzados desde el Líbano, según se ve sobre Kiryat Shmona, 5 de marzo de 2024. (credit: AYAL MARGOLIN/FLASH90)

Además, la empresa israelí Elbit Systems suministra tecnologías avanzadas de comunicaciones, guerra electrónica y drones a varios países de la OTAN, mejorando significativamente su preparación operativa. Las empresas israelíes de ciberseguridad, como CheckPoint y CyberArk, establecen estándares globales en ciberseguridad, contrarrestando amenazas cibernéticas y fortaleciendo infraestructuras digitales críticas. Estos ejemplos representan solo una fracción de las importantes contribuciones de Israel a las iniciativas de defensa colectiva de la alianza, especialmente vital dadas las crecientes amenazas de adversarios como Irán.

Al obstaculizar la participación de Israel, Turquía no solo socava la preparación operativa de la OTAN, sino que compromete directamente los intereses de defensa nacional de los estados miembros. El veto de Ankara indica que sus prioridades geopolíticas divergen cada vez más de las de la alianza, proporcionando a los adversarios de la OTAN, particularmente Rusia e Irán, oportunidades para explotar divisiones percibidas dentro del marco de defensa occidental.

Además, las operaciones militares de Turquía en Siria, a menudo realizadas con el consentimiento tácito de Rusia, han complicado significativamente la postura estratégica de la OTAN en Oriente Medio. Aunque justifica estas acciones como necesarias para contrarrestar amenazas de grupos kurdos vinculados al PKK, el repetido ataque de Ankara a fuerzas kurdas aliadas con estados miembros de la OTAN en la lucha contra ISIS ha socavado los esfuerzos de la coalición, comprometido misiones antiterroristas y aumentado la inestabilidad regional.

Sin embargo, el comentario de la analista senior de RAND Europe, Rebecca Lucas, el pasado martes subraya el papel estratégico de Turquía, destacando especialmente la Base Aérea de Incirlik como un activo clave de la OTAN en Oriente Medio. Sin embargo, esto no disminuye la necesidad urgente de abordar directamente el obstruccionismo de Ankara.

El principio de consenso

Aunque el principio de consenso de la alianza es fundamental, debería evolucionar para evitar el obstruccionismo de un solo estado en decisiones críticas de defensa. Introducir medidas como la votación por mayoría cualificada o un mecanismo de "consenso menos uno" en situaciones excepcionales aseguraría que las decisiones estratégicas de la OTAN no puedan ser indefinidamente detenidas por un solo miembro.

Al mismo tiempo, la OTAN debería profundizar proactivamente sus asociaciones estratégicas con aliados confiables, democráticos y militarmente capaces como Israel, formalizando aún más su papel a través de marcos existentes como el Diálogo del Mediterráneo. La expansión de ejercicios conjuntos, la normalización del intercambio de inteligencia de alto nivel y la mejora de la cooperación en defensa de misiles y ciberseguridad representan pasos prácticos y alcanzables para fortalecer significativamente las capacidades de defensa colectiva de la OTAN, independientemente de las objeciones políticas de Turquía.

Informes recientes (Fox News, 22 de marzo de 2025) indican que la administración Trump está considerando levantar las sanciones impuestas a Turquía bajo la Ley de Contrarresto a los Adversarios de América a través de Sanciones (CAATSA), e incluso podría reanudar la venta de aviones de combate F-16 y potencialmente los más avanzados F-35, siempre y cuando Turquía desmantele o reubique su sistema de defensa de misiles S-400 de fabricación rusa.

Este último desarrollo subraya el comportamiento problemático de Ankara dentro de la OTAN y destaca precisamente las preocupaciones planteadas a lo largo de este artículo. Al involucrarse con Turquía en tales circunstancias, Estados Unidos corre el riesgo de enviar un mensaje contradictorio con respecto al compromiso de la alianza con sus principios fundamentales. Además, negociar estas concesiones en un momento en que Ankara ejerce su veto de la OTAN contra socios estratégicos clave como Israel podría erosionar aún más la unidad de la alianza y fortalecer a adversarios como Rusia e Irán.

Las acciones de Turquía requieren una seria reflexión y recalibración dentro de la OTAN. Los líderes de la alianza deben comunicar claramente que sus principios de defensa colectiva y confianza mutua no pueden ser comprometidos por las ambiciones políticas de ninguna nación en particular.

Al abordar estos desafíos de frente, la OTAN puede reafirmar su credibilidad estratégica y fortalecer su postura disuasoria. La unidad y coherencia siguen siendo sus mayores activos estratégicos y deben ser protegidos con vigilancia. Abordar abierta y decididamente la preocupante divergencia de Turquía es esencial para preservar la efectividad de la alianza en un paisaje mundial de defensa que evoluciona rápidamente.

El escritor es un experto en comunicaciones estratégicas y seguridad nacional, especializado en gestión de crisis y contrarrestar la desinformación. Anteriormente se desempeñó como vicepresidente de Relaciones Exteriores en Israel Aerospace Industries y ha asesorado a altos funcionarios israelíes sobre estrategia de defensa y diplomacia durante emergencias nacionales.