Ten cuidado con lo que dices delante de tu feto. Los investigadores han demostrado que los bebés en el útero escuchan y aprenden sobre el habla, al menos en el tercer trimestre. Por ejemplo, se ha demostrado que los recién nacidos ya prefieren la voz de su madre, reconocen una historia que les fue contada repetidamente mientras estaban en el útero, y distinguen el idioma nativo de su madre de los que hablan los demás.
Lo que no se sabía hasta ahora era cómo los fetos en desarrollo aprenden sobre el habla cuando su madre les habla en una mezcla de idiomas, lo cual es común. Hay alrededor de 3.3 mil millones de personas bilingües en todo el mundo, y en muchos países, el bilingüismo o multilingüismo es la norma.
"Aquí mostramos que la exposición al habla monolingüe o bilingüe tiene diferentes efectos al nacer en la 'codificación neural' del tono de voz y los sonidos vocálicos: es decir, cómo la información sobre estos aspectos del habla ha sido aprendida inicialmente por el feto," dijo la Dra. Natàlia Gorina-Careta, investigadora del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona y autora conjunta de un nuevo estudio en Frontiers in Human Neuroscience bajo el título "La exposición al habla materna bilingüe o monolingüe durante el embarazo afecta de manera diferente la codificación neurofisiológica de los sonidos del habla en los recién nacidos".
Recién nacidos con madres bilingües son más sensibles a un rango de frecuencias del habla
El equipo interpretó sus resultados con la creencia de que el habla bilingüe de la madre, en comparación con la monolingüe, se caracteriza por una mayor complejidad en la señal del sonido del habla, lo que hace que los recién nacidos de madres bilingües sean más sensibles a un rango más amplio de frecuencias del habla sin generar una respuesta particularmente fuerte en ninguna de ellas. Nuestros resultados contribuyen a un cuerpo en expansión de investigaciones que indican la influencia de las experiencias prenatales en la adquisición del lenguaje y destacan la necesidad de incluir la exposición prenatal al lenguaje en estudios del desarrollo en la adquisición del lenguaje, una variable a menudo pasada por alto pero capaz de influir en los resultados de la investigación.
Hablar dos idiomas diariamente también tiene beneficios para la forma en que operan los procesos cognitivos superiores y resulta en un desarrollo más precoz de las habilidades de inhibición y atención, afirmaron.
Gorina-Careta y sus colegas realizaron su estudio en Cataluña, donde el 12% de la población utiliza habitualmente tanto el catalán como el español. Reclutaron a las madres de 131 recién nacidos que habían nacido uno a tres días antes, incluyendo dos pares de gemelos, en el Hospital Infantil Sant Joan de Déu Barcelona.
De estas madres a las que se les entregaron cuestionarios, el 41% respondió que hablaban exclusivamente en catalán (9%) o español (91%) durante su embarazo, incluyendo cuando hablaban con su creciente barriga. El otro 59% había hablado en dos idiomas (al menos el 20% del tiempo para el segundo idioma): ya sea español y catalán o una combinación de uno de estos con idiomas como árabe, inglés, rumano o portugués.
"Los idiomas varían en los aspectos temporales del habla, como el ritmo y la acentuación, pero también en el tono e información fonética. Esto significa que se espera que los fetos de madres bilingües estén inmersos en un entorno acústico más complejo que aquellos de madres monolingües", dijo el profesor Carles Escera, uno de los dos autores correspondientes.
Los investigadores colocaron electrodos en la frente de los bebés para medir un tipo particular de respuesta cerebral electrofisiológica: la 'respuesta de seguimiento de frecuencia' (FFR) - a la reproducción repetida de un estímulo sonoro cuidadosamente seleccionado, de 250 milisegundos de duración y compuesto por cuatro etapas: la vocal /o/, una transición, la vocal /a/ en un tono constante y /a/ aumentando en tono.
"Los contrastantes vocales /o/ y /a/ pertenecen al repertorio fonético tanto del español como del catalán, por eso las elegimos," explicó la autora principal conjunta, la Dra. Sonia Arenillas.
"Sonidos de baja frecuencia como estas vocales también se transmiten razonablemente bien a través del útero, a diferencia de sonidos de frecuencia media y alta que llegan al feto de forma degradada y atenuada."
El FFR mide qué tan precisamente los picos de acción producidos por neuronas en la corteza auditiva y el tronco cerebral imitan las características de la onda sonora del estímulo. Un FFR más distintivo es evidencia de que el cerebro ha sido entrenado de manera más efectiva para captar precisamente ese sonido. Por ejemplo, el FFR se puede usar como una medida del grado de aprendizaje auditivo, experiencia con el lenguaje y entrenamiento musical.
Los autores demostraron que el FFR ante la reproducción del sonido /o a/ era más distintivo, es decir, mejor definido y con una mayor relación señal-ruido, en recién nacidos de madres monolingües que en recién nacidos de madres bilingües.
Estos resultados sugieren que los cerebros de los fetos de madres monolingües habían aprendido a volverse maximalmente sensibles al tono de un solo idioma. En contraste, los cerebros de los fetos de madres bilingües parecen haberse vuelto sensibles a un rango más amplio de frecuencias de tono pero sin generar una respuesta máxima a ninguna de ellas. Por lo tanto, podría existir un compromiso entre la eficiencia y la selectividad en el aprendizaje del tono.
"Nuestros datos muestran que la exposición prenatal al lenguaje modula la codificación neural de los sonidos del habla tal como se mide al nacer. Estos resultados destacan la importancia de la exposición prenatal al lenguaje para la codificación de los sonidos del habla al nacer y proporcionan ideas novedosas sobre sus efectos", dijo Escera.
El coautor correspondiente conjunto, el Prof. Jordi Costa Faidella, advirtió: "Basándonos en nuestros resultados, no podemos hacer ninguna recomendación a los padres multilingües. El periodo sensible para la adquisición del lenguaje dura mucho después del nacimiento, por lo que la experiencia postnatal podría eclipsar los cambios iniciales realizados en el útero. Futuras investigaciones sobre cómo un entorno lingüístico bilingüe modula la codificación del sonido durante los primeros años de vida arrojarán más luz sobre este tema".