Investigaciones científicas recientes sugieren que los fenómenos naturales podrían explicar el relato bíblico de Moisés dividiendo el Mar Rojo. Los científicos proponen que condiciones climáticas severas, incluyendo un fuerte viento, y circunstancias geológicas podrían haber causado el fenómeno.
El profesor Nathan Paldor, un científico oceánico de la Universidad Hebrea de Jerusalén, realizó cálculos que indican que el viento podría haber jugado un papel en el evento. "Cuando un fuerte viento sopla hacia el sur desde la cabeza del Golfo durante aproximadamente un día, el agua es empujada hacia el mar, exponiendo así el fondo que antes estaba bajo el agua", dijo el profesor Paldor. Sus cálculos sugieren que un viento soplando entre 65 y 70 kilómetros por hora (40-45 millas por hora) desde el noroeste podría haber creado un camino para los israelitas. Este viento, soplado durante toda una noche, podría haber empujado las aguas hacia atrás hasta un kilómetro, bajando el nivel del mar aproximadamente tres metros y permitiendo a los israelitas cruzar sobre un puente submarino.
La modelización por computadora respalda esta teoría; vientos de 62 millas por hora (100 kilómetros por hora) soplando desde la dirección correcta podrían abrir un canal de tres millas de ancho (cinco kilómetros) a través del agua, permitiendo a los israelitas caminar sobre tierra seca.
Una crítica importante a esta teoría es que la Biblia especifica que el viento viene del este, mientras que estos cálculos especifican un viento del noroeste. El profesor Paldor aborda esto señalando que la descripción original en hebreo es "ruach kadim", que puede traducirse como "noreste". En su investigación, sostiene que "ruach kadim" puede significar tanto nordeste como sureste.
El relato bíblico detallado se encuentra en el Libro de Éxodo, capítulo 14. La Biblia dice: "Y el Señor hizo que el mar retrocediera con un fuerte viento del este toda la noche, y convirtió el mar en tierra seca, y las aguas se dividieron."
Algunos científicos creen que la mención de un fuerte viento es clave para entender cómo Moisés cruzó el Mar Rojo. Cerca del extremo norte del Mar Rojo, las fuertes mareas dejan regularmente secciones del lecho marino completamente expuestas. El Dr. Bruce Parker, ex científico jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, señala que Moisés podría haber conocido las mareas en esta parte del mar. "Moisés había vivido en el desierto cercano en sus primeros años, y sabía dónde las caravanas cruzaban el Mar Rojo en marea baja. Conocía el cielo nocturno y los antiguos métodos de predecir la marea, basados en dónde estaba la luna en lo alto y cuán llena estaba", escribió el Dr. Parker en un artículo para el Wall Street Journal.
Los relatos históricos respaldan la posibilidad de cruzar el Mar Rojo a pie. En 1789, Napoleón Bonaparte lideró un pequeño grupo de soldados a caballo a través del Golfo de Suez durante la marea baja, pero sus hombres casi fueron arrastrados por mareas repentinas. Louis-Antoine Fauvelet de Bourrienne, secretario privado de Napoleón, escribió: "En la mañana del 28 cruzamos el Mar Rojo con los pies secos". Cruzar el Golfo de Suez con los pies secos no solo es plausible, sino que ha ocurrido antes en la historia registrada.
Los investigadores señalan otra ubicación: la parte norte del Golfo de Suez, donde la profundidad promedia entre 20 y 30 metros y el fondo es relativamente plano, lo que hace que el cruce sea mucho más plausible. Con su fondo profundo e irregular, cruzar a pie el Golfo de Aqaba sería casi imposible, incluso con intervención divina. Las investigaciones arqueológicas modernas sugieren que el cruce probablemente ocurrió cerca del extremo norte del Golfo de Suez, cerca del sitio del actual Canal de Suez.
Teorías alternativas sugieren que el cruce realmente tuvo lugar en el delta del Nilo, en un lugar llamado el Lago de Tanis, ubicado cerca del Lago Manzala actual. En hebreo, los israelitas se describen como cruzando el "yam suf", que debería traducirse como el "Mar de Juncos", una referencia a los juncos que crecen densamente en las aguas salobres del delta del Nilo.
Carl Drews, un científico que ha estudiado este fenómeno, sostiene que el Lago de Tannis proporciona un mecanismo hidráulico para que las aguas se dividan, permitiendo a los israelitas caminar con las aguas como una pared a su izquierda y derecha, tal como lo describe la Biblia. Su modelado muestra que el Lago de Tannis podría haberse secado por un fuerte viento del este. Un viento así soplando durante ocho horas sería suficiente para empujar las aguas del Lago de Tannis hacia atrás por el Nilo Pelusiaco. Esto permitiría a los israelitas hacer el viaje de 1.8 a 2.5 millas (tres a cuatro kilómetros) desde la península de Setrum en Egipto hasta un área conocida como Kedua al otro lado.
"Cuando un terremoto desencadena un tsunami, la parte baja de la ola en acercamiento aleja el agua de la costa, haciendo que la marea parezca retroceder cientos de metros más lejos de lo habitual", dijo Drews, según el Daily Mail. Sin embargo, él sostiene que un tsunami no produciría un canal a través del mar con agua a ambos lados. "Los informes modernos de tsunamis indican que el período de entrada y salida de la oleada es inferior a una hora. Este período de onda no coincidiría con la narrativa en Éxodo 14, que indica que Moisés y los israelitas tuvieron varias horas para completar su travesía", dijo Drews.
La mejor explicación para el relato bíblico es que Moisés guió a los israelitas a través del Delta del Nilo durante un temporal después de que la disminución del viento despejara un puente terrestre. En un proceso llamado "disminución del viento", vientos fuertes y persistentes sobre un cuerpo de agua poco profundo pueden exponer tierra seca acumulando agua corriente arriba. A medida que el agua retrocedía por el Nilo, se dividiría alrededor de la península, creando un puente terrestre de tres millas de ancho (cinco kilómetros) que permanecería abierto durante cuatro horas.
Algunos creen que los hombres del faraón vivían en el río Nilo sin mareas y no habrían sido conscientes de los peligros, lo que los llevó a quedar atrapados cuando la marea volvió a subir. El relato bíblico describe a los israelitas caminando a través del mar dividido en tierra seca, con el agua formando paredes a ambos lados de ellos. Los israelitas en fuga se encontraron atrapados entre las tropas avanzando del faraón por un lado y el Mar Rojo por el otro. Moisés extendió su mano sobre el mar, y Dios hizo que un fuerte viento del este soplara toda la noche, dividiendo el mar y convirtiendo el lecho marino en tierra seca.
El artículo fue escrito con la asistencia de un sistema de análisis de noticias.