En el corazón de la Plaza Dam de Ámsterdam el 15 de mayo de 2022, se desarrolló una escena ominosa. Era el Día de la Nakba (que marca el desplazamiento de los palestinos durante la Guerra de Independencia de Israel en 1948), y la plaza estaba llena de banderas palestinas, pancartas antiisraelíes y cánticos.
En el centro de esta protesta se encontraba Thomas Hofland, jefe de la organización pro-Hamas Samidoun en los Países Bajos, junto a Amin Abu-Rashid, un conocido operativo de Hamas. Mientras los oradores desde el escenario elogiaban a Hamas como un "movimiento legítimo de resistencia" e incluso justificaban la violencia contra los israelíes, la comunidad judía en los Países Bajos tomaba nota.
Esta manifestación no fue un incidente aislado, sino una señal alarmante de cómo el sentimiento antiisraelí se ha infiltrado profundamente en la sociedad holandesa, desde el activismo marginal hasta los espacios públicos principales, las redes sociales e incluso los canales legales.
Hoy, tras nuevos informes de ataques violentos a aficionados israelíes en Ámsterdam, The Jerusalem Post revela un informe exclusivo y altamente clasificado del Ministerio de Asuntos de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo de Israel, escrito en mayo de 2024.
El documento, obtenido por el Post, presenta un cuadro alarmante de un creciente sentimiento antisraelí y antisemitismo en los Países Bajos. Esta agenda antisraelí, tal como se detalla en el informe, abarca manifestaciones públicas, redes legales y financieras, influencia en redes sociales e incluso casos de incitación.
Captura un entorno cada vez más hostil donde el sentimiento antisraelí no solo es tolerado, sino que, a veces, es celebrado y alentado.
La protesta del Día de la Nakba de mayo de 2022 en la Plaza Dam fue emblemática de este cambio. Lo que antes se consideraba retórica radical se ha normalizado, no solo en protestas aisladas, sino a través de un activismo generalizado que permea la sociedad holandesa.
Desde el inicio de la Guerra Israel-Hamas el 7 de octubre de 2023, las manifestaciones antisraelíes en el país han escalado en intensidad y hostilidad. Las protestas pro-palestinas ya no son simplemente expresiones de solidaridad, sino a menudo llamados al aislamiento completo de Israel y, a veces, medidas violentas contra israelíes y judíos.
El informe describe la magnitud de este cambio, detallando una campaña coordinada liderada por figuras clave que han incrustado retórica anti-Israel en el discurso social y público holandés.
Figuras clave
En el centro de este movimiento se encuentra Abu-Rashid, un conocido operativo de Hamas cuya influencia se extiende a círculos prominentes holandeses. En mayo de 2022, las autoridades holandesas registraron su casa, descubriendo €150,000 en efectivo y materiales relacionados con Hamas, un recordatorio contundente de su papel financiero en actividades pro-Hamas.
Abu-Rashid está estrechamente vinculado a figuras de alto perfil, incluida Gretta Duisenberg, viuda del expresidente del Banco Central Europeo Willem Duisenberg, quien durante mucho tiempo ha abogado por la causa palestina. Juntos, han construido una red influyente que permite que el sentimiento anti-Israel se arraigue y se propague por toda la sociedad holandesa.
Otra figura clave en este panorama es Thomas van Gool, un activista de la organización pacifista PAX. Su presencia en grupos de derechos humanos y paz mainstream le otorga una legitimidad engañosa a sus llamados para un embargo completo a Israel.
En julio de 2023, asistió a la recepción de la Flotilla de la Libertad de Gaza en Róterdam, donde se ondearon banderas palestinas en solidaridad con las causas de Hamás. Eventos como estos muestran su conexión con el activismo pro-Hamas, posicionándolo como una figura prominente en el ámbito anti-Israel en los Países Bajos.
También prominente es Hofland, quien lidera Samidoun, una organización vinculada al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). La defensa de Hamás por parte de Hofland, a la que presenta como una fuerza legítima de "resistencia" palestina, le ha ayudado a ganar influencia, especialmente entre los activistas holandeses más jóvenes.
El 15 de mayo de 2022, lideró la protesta del Día de la Nakba en la Plaza Dam, junto a Abu-Rashid para reforzar el mensaje de que Hamás es un "movimiento de resistencia legítimo". La forma en que Hofland enmarca el extremismo como activismo ha resonado con la juventud holandesa, lo que ha contribuido a incrustar aún más el sentimiento anti-Israel en los espacios y discusiones mainstream.
Abu-Rashid, van Gool y Hofland son más que defensores; son arquitectos de una red diseñada para aislar a Israel. Según el informe, organizan esfuerzos de recaudación de fondos en ciudades holandesas, acumulando sumas significativas supuestamente para ayuda humanitaria, pero a menudo dirigidas hacia causas anti-Israel y pro-Hamas.
En mayo de 2023, la activista social Carolien Nieuweboer lanzó una campaña para recaudar 100.000 euros para llenar los espacios públicos con vallas publicitarias pro-palestinas en toda los Países Bajos. Estas vallas publicitarias muestran símbolos que recuerdan a la bandera palestina, normalizando el sentimiento anti-Israel en la vida pública diaria.
Para cuando se publicó el informe, ella había recaudado 83.000 euros, demostrando un fuerte apoyo a estas iniciativas anti-Israel.
Igualmente influyente en alimentar este sentimiento está Rachid El Ghazaoui, conocido como "Rapper Appa". Sus publicaciones en redes sociales son conocidas por su naturaleza inflamatoria. En marzo de 2023, pidió una "intervención militar" y comparó a Israel con la Alemania nazi, sugiriendo que desmantelar el estado era la única solución.
La retórica de Appa refleja una tendencia más amplia donde las redes sociales se utilizan para amplificar el sentimiento anti-Israel, a menudo bajo el disfraz de activismo o libertad de expresión.
Agenda anti-Israel
Más allá de la defensa pública y las redes sociales, esta agenda anti-Israel ha ganado terreno en los canales legales. Haroon Raza, un abogado del Movimiento del 30 de Marzo, ha aprovechado el sistema legal holandés para dirigirse a funcionarios israelíes con demandas por crímenes de guerra y abusos a los derechos humanos.
En marzo de 2023, la organización de Raza presentó una solicitud para el arresto del Presidente de Israel, Isaac Herzog, durante su visita a Ámsterdam, acusándolo de "genocidio" y "crímenes contra la humanidad". Estas acciones legales, aunque a menudo simbólicas, revelan una estrategia más amplia de utilizar el derecho internacional como arma para aislar a los líderes israelíes y deslegitimar al país en el escenario mundial.
Las redes sociales han demostrado ser una herramienta particularmente poderosa para estos activistas. Plataformas como Instagram y Twitter han permitido a figuras como Nieuweboer y Hofland amplificar mensajes anti-Israel ampliamente, a menudo evitando la censura con símbolos encubiertos como la sandía, que se asemeja a la bandera palestina.
Esta táctica ha incrustado narrativas anti-Israel en los espacios digitales holandeses, llegando a audiencias mucho más allá de los círculos tradicionales de activismo y haciendo que estas opiniones se vuelvan mainstream. El informe del ministerio advierte que sin rendición de cuentas, las plataformas de redes sociales corren el riesgo de convertirse en cunas de extremismo, donde tales narrativas se normalizan y se permiten propagarse sin control.
Quizás lo más preocupante sea la respuesta moderada del gobierno holandés a estas actividades. Al enmarcar el sentimiento anti-Israel como "defensa de los derechos humanos", las autoridades han permitido que este movimiento prospere sin control. El informe del ministerio, obtenido exclusivamente por el Post, destaca cómo esta falta de responsabilidad ha llevado a una atmósfera donde se toleran e incluso normalizan la retórica antisemita y anti-Israel.
El informe concluye con una advertencia contundente: "La acumulación de actividades conduce a un solo objetivo: perjudicar al Estado de Israel a nivel internacional". A pesar de esta clara trayectoria, las autoridades holandesas parecen reacias a intervenir, permitiendo que los activistas aprovechen espacios públicos, sistemas legales y redes sociales para intensificar sus campañas.
El incidente del viernes en Ámsterdam es una consecuencia trágica de permitir que ese odio crezca sin control. Cuando las voces pro-Hamas dominan el discurso público, los sistemas legales se utilizan para atacar a Israel y se permite que los extremistas difundan sus narrativas bajo el pretexto de la libertad de expresión, la hostilidad inevitablemente se convierte en violencia.
La violencia contra los aficionados israelíes no fue un estallido espontáneo; fue la culminación de una sociedad donde los sentimientos anti-Israel han sido cultivados y tolerados durante años.
Los Países Bajos se encuentran ahora en un momento crítico. ¿Elegirán sus líderes defender los valores de tolerancia y justicia que la nación promueve, o permitirán que el extremismo anti-Israel continúe erosionando estos principios? Las señales han estado ahí desde hace tiempo, y es hora de actuar con determinación.