Un detectorista de metales australiano llamado David Hole hizo un descubrimiento extraordinario que intrigó a los científicos y cautivó al público. Años después de desenterrar una roca inusual, David Hole descubrió con la ayuda de expertos del Museo de Melbourne que la roca que encontró era un raro meteorito de 4.600 millones de años.
Mientras buscaba oro en el Parque Regional de Maryborough cerca de Melbourne, Australia, el detector de metales de Hole captó una fuerte señal. Descubrió una pesada roca rojiza que pesaba casi 18 kilogramos (40 libras). Creyendo que podría contener una pepita de oro valiosa, llevó la roca a casa con grandes esperanzas.
Determinado a revelar su contenido, Hole intentó de todo para romper la roca. Usó un taladro, la empapó en ácido y la martilló vigorosamente, pero nada pudo hacer ni siquiera un rasguño. La terca roca permaneció intacta y su verdadera naturaleza continuó eludiéndolo.
Finalmente, Hole decidió buscar consejo de expertos y llevó la roca al Museo de Melbourne. Allí, los geólogos Dermot Henry y Bill Birch examinaron el objeto e identificaron que se trataba de un raro meteorito rico en hierro, según lo informado por Mundo Deportivo. Lo clasificaron como un condrito ordinario H5, un tipo de meteorito que contiene pequeñas gotas cristalizadas de minerales conocidas como condritas.
El meteorito ha sido nombrado Maryborough en honor al lugar donde fue encontrado. Con un peso de 17 kilogramos y estimado en aproximadamente 4.600 millones de años, sirve como una cápsula del tiempo que contiene materiales más antiguos que la Tierra misma. "Los meteoritos son tesoros científicos porque no son simplemente rocas espaciales; llevan información valiosa sobre la historia del sistema solar y la formación de planetas", dijo Dermot Henry, un geólogo del Museo de Melbourne.
Compuesto principalmente de hierro, el meteorito Maryborough cuenta con un alto porcentaje de este metal. Cuando los científicos examinaron su interior, descubrieron condritas, una característica rara que ofrece ideas sobre las primeras etapas de formación planetaria. La superficie característica del meteorito, formada al entrar en la atmósfera terrestre, agrega a sus características distintivas.
Este hallazgo es uno de solo 17 meteoritos registrados en el estado australiano de Victoria.
"Fue pura suerte. Una en mil millones", dijo David Hole, expresando su asombro por la importancia de su hallazgo.
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