Tras el ataque de la Fuerza Aérea de Israel en Irán el pasado sábado como parte de la Operación "Días de Arrepentimiento", Maariv habló el miércoles con figuras clave involucradas en la misión. Estos incluyen a un oficial técnico en la Base Aérea Ramon encargado de preparar los aviones del Escuadrón 119, un oficial de la torre de control supervisando el despegue y aterrizaje, y un piloto de combate que realizó el ataque aéreo.
El Mayor R., un oficial técnico en el Escuadrón 119, recordó los preparativos previos a la misión, que incluyeron "exámenes, especialmente para el mantenimiento de las municiones y aeronaves". Explicó: "Seleccionamos la secuencia de municiones por categorías, todo para garantizar un funcionamiento fluido cuando se despliegan". Incluso antes del despegue, el Mayor R. sintió que esta misión tenía "implicaciones significativas para la batalla".
"Estoy consciente de la responsabilidad por las vidas de quienes están en la cabina y el rendimiento óptimo de las municiones cuando se requiera", compartió, agregando, "Estos pensamientos te acompañan durante toda la semana de preparación y después, sientes alivio de que todo funcionó como se esperaba".
Reflexionando sobre los momentos previos al lanzamiento, el Mayor R. describió la atmósfera cerca de la aeronave, "La inmensa emoción es palpable; te miras a los ojos, llenos de anticipación y un poco de aprensión respecto a las municiones. Luego esperas el regreso, ves la señal de que todo funcionó, y respiras".
El Mayor R. compartió que no tenía preocupaciones importantes, afirmando que "es parte del rol mantenerse alerta". Él enfatizó que el compromiso del escuadrón es constante para entrenamiento u operaciones complejas. "Estos jets están armados y listos para despegar con las municiones correctas".
'El logro más alto de mi carrera'
El Mayor S., piloto de combate en el Escuadrón 119, reveló que el escuadrón había entrenado "para una misión de este tipo durante un largo período". Señaló, "Este ataque específico pudo haber sido inesperado, pero estábamos preparados".
Reflexionando sobre la preparación, explicó: "A medida que se acercaba el momento del lanzamiento, nos enfocamos aún más en los detalles de ejecución y los modelos de misión, por lo que hubo muy poca diferencia entre nuestra preparación esa noche y nuestra preparación estándar".
Originario de EE. UU., el Mayor S. mencionó que su motivación era más única, diciendo: "Me impulsa un sentido de deber nacional". Llamó al ataque "la acción más significativa y el logro más destacado de mi carrera".
"Durante ese período de espera, cuando no hay mucho más que hacer, es cuando tus pensamientos corren y la presión aumenta, sabiendo que no hay margen de error, muchas personas cuentan contigo y hay mucha responsabilidad en tus hombros". Describió este sentimiento como "muy poderoso. Todo el país no sabe lo que está a punto de suceder, y yo estoy personalmente en el avión".
Aunque la mayoría de los civiles no sabían lo que se avecinaba, S creía que "entienden que nuestras fuerzas llegarán a cualquier lugar en el Medio Oriente y más allá para defender el país".
El Mayor S. sintió el peso de su responsabilidad, sabiendo que "todo el país permanece inconsciente, pero confía en nosotros". Aunque la mayoría de los ciudadanos pueden no entender completamente los detalles de la misión, él cree que el público está seguro gracias al compromiso de la Fuerza Aérea de proteger el país.
"Cuando atacamos en el espacio aéreo enemigo, se vuelve algo natural. El foco está en llegar al objetivo con precisión", dijo el Mayor S. Sin embargo, al comenzar el vuelo de regreso a Israel, se dio cuenta de la magnitud de sus acciones. "Pensé, '¡Qué cosa tan notable hemos logrado!'"
Para concluir, el Mayor S. expresó confianza en las capacidades de la Fuerza Aérea, asegurando a los ciudadanos israelíes que "estamos preparados para operar en cualquier lugar, alcanzando a cualquier persona que represente una amenaza. Nuestra formación, desarrollo y avances tecnológicos están en constante progreso para garantizar esto".
El Mayor Anael, controlador de tráfico aéreo, dirigió los despegues y aterrizajes. Ella describió la experiencia como "poderosa" y un momento histórico para todos los involucrados. Mientras monitoreaba, Anael y sus colegas se enfocaban en "lanzar las aeronaves restantes, anticipando su regreso y manteniendo el campo completamente operativo bajo condiciones de amenaza elevada".
Anael reforzó la preparación y dedicación de la base aérea, declarando: "Estamos preparados para defendernos y hacer lo que sea necesario".