Un funcionario diplomático dijo el lunes por la noche que el inminente acuerdo de alto al fuego entre Israel y Líbano no es el "fin de la guerra", y será evaluado basado en la realidad en el terreno.
El momento del acuerdo se debió a varios factores, según el funcionario. El primero fue la preocupación sobre una decisión unilateral en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que obligaría a Israel a cesar sus acciones en el sur de Líbano.
El segundo fue que permitía a Israel reevaluar la situación en dos meses, justo después de que la nueva administración asuma el cargo en Estados Unidos. El tercero es que el acuerdo podría presionar a Hamas, ya que dejó a Hamas solo en su conflicto con Israel. Esto podría llevar a un avance en las negociaciones sobre un acuerdo para traer de vuelta a los rehenes israelíes que tiene Hamas en Gaza, indicó el funcionario.
Reagrupar si es necesario
Otro factor es que la tregua de 60 días permitirá a las FDI reagruparse y prepararse para seguir luchando si es necesario, dijo el funcionario.
La tregua incluye un "documento anexo" que permite a Israel atacar a cualquier operativo de Hezbollah que se adentre al sur del río Litani, así como atacar cualquier intento de rearme por parte de Hezbollah, dijo el funcionario.
Israel no llamará inmediatamente a los residentes del Norte a regresar a sus hogares, y seguirá pagando estipendios a quienes hayan sido evacuados. Una decisión de llamar a los residentes a regresar a sus hogares se tomará según la realidad en el terreno en una etapa posterior, agregó el funcionario.