El Centro Médico Sheba y el Hospital Ichilov han pasado semanas recientes sosteniendo discusiones para asegurarse de que estén completamente preparados para recibir a los rehenes liberados de la cautividad de Hamás.
Ambos hospitales, que tienen experiencia manejando tales casos, operarán como lo han hecho en el pasado, con la máxima sensibilidad, respeto por las preferencias de los retornados y total privacidad para las reuniones con familiares y seres queridos.
Bajo los protocolos del Ministerio de Salud, los rehenes son tratados en unidades designadas. A cada uno se le asigna una habitación privada y es acompañado por una enfermera, un médico y un trabajador social.
La etapa inicial implica un examen físico completo, que incluye una revisión de pies a cabeza y una evaluación de cualquier lesión o moretón. Se realizan pruebas de sangre para detectar infecciones, niveles de hemoglobina (para identificar deficiencia de hierro o sangrado), recuentos de plaquetas y otros indicadores de deficiencias nutricionales, desequilibrios de electrolitos y función hepática y renal. También se realizan pruebas de niveles de vitamina D, que pueden disminuir después de períodos prolongados en la oscuridad.
Debido a las graves lesiones infligidas durante el secuestro y a las duras condiciones soportadas en los túneles de Hamas, todos los rehenes se someten a detalladas evaluaciones ortopédicas, que incluyen radiografías y tomografías computarizadas. Aquellos con condiciones crónicas recibirán consultas adicionales con especialistas, quienes pueden ordenar pruebas de seguimiento si es necesario. Cualquier medicamento que hayan dejado de tomar durante el cautiverio será restablecido en su régimen.
Las evaluaciones médicas incluyen evaluaciones discretas de posibles agresiones sexuales, que pueden implicar un examen ginecológico y recolección de muestras si es necesario. También se realizan pruebas de embarazo a las rehenes femeninas.
Monitoreo en cada etapa
A lo largo del proceso, un trabajador social del hospital monitorea a cada rehén en busca de signos de angustia emocional. Cuando sea necesario, se llama a un psiquiatra o psicólogo para una evaluación adicional. El apoyo emocional y psicológico continúa durante la hospitalización y después del alta.
Se alienta a las familias a traer artículos personales, como ropa, libros, zapatos y alimentos familiares, para facilitar la reintegración de los rehenes a la vida diaria.
El público sigue esperando el regreso seguro de todos los rehenes y les desea una pronta recuperación.