El Ministerio de Salud ha publicado el protocolo médico para la recepción de rehenes de la cautividad de Hamas en vista del acuerdo recientemente anunciado, detallando las etapas de cuidado, tratamiento y apoyo a largo plazo.
Los seis hospitales designados para la atención médica inicial son Ichilov, Beilinson, Sheba, Shamir, Barzilai y Soroka. Estos hospitales fueron elegidos por su proximidad a Gaza y su capacidad para tratar casos graves rápidamente. El Ministerio de Salud recomienda un período mínimo de hospitalización de cuatro días para cada persona devuelta, aunque esto está sujeto a la discreción del individuo y su familia.
Cada rehén devuelto será tratado en instalaciones separadas diseñadas específicamente para rehenes. Estas incluirán habitaciones privadas para el rehén y sus familiares acompañantes. A los hospitales se les ha indicado separar áreas generales para reuniones más grandes de los espacios privados, que incluyen áreas para dormir, salas de reuniones y zonas de descanso. Cada habitación tendrá su propio baño y ducha.
El "Ala de Regreso" también albergará espacios para representantes militares, permitiendo reuniones aisladas para minimizar la congestión causada por grandes multitudes en los pasillos del hospital. Esta decisión proviene de experiencias anteriores de regreso de rehenes donde el hacinamiento obstaculizó el tratamiento médico y perturbó el proceso de recuperación.
Se ha instruido a los hospitales limitar el número de visitantes en estas áreas, que estarán cerradas a los visitantes fuera de los horarios designados para visitas familiares.
Una vez confirmado el regreso de un rehén, los hospitales recibirán su información médica personal. Estos datos serán revisados temprano para evaluar cualquier problema de salud derivado de la prolongada cautividad, incluyendo posibles complicaciones o la exacerbación de afecciones preexistentes. Algunos rehenes pueden haber tenido enfermedades crónicas antes del secuestro, y los hospitales se encargarán de mantener la confidencialidad de los registros médicos de los rehenes.
A los hospitales también se les encomienda crear un marco permanente de apoyo médico para cada persona que regrese. Este marco incluirá un equipo médico designado compuesto por médicos de atención primaria, enfermeras, especialistas consultores, trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras, dietistas y médicos forenses. El equipo se reunirá según sea necesario para garantizar una atención integral y desarrollar planes de tratamiento personalizados.
Los trabajadores sociales acompañarán a los repatriados desde el momento en que sean admitidos, interactuando con ellos y sus familias y recomendando intervenciones psicológicas o psiquiátricas cuando sea necesario. Durante el período de hospitalización, el trabajador social identificará a una persona de contacto clave para el seguimiento futuro del cuidado.
Los dietistas supervisarán el peso, la altura y los resultados anormales de pruebas de sangre de los repatriados mientras manejan sus complejas necesidades nutricionales.
Monitoreo de riesgos para la salud
El síndrome de realimentación es un riesgo significativo para los repatriados, y cada individuo será monitoreado de cerca en busca de signos de esta afección potencialmente mortal, que se produce cuando alguien que ha experimentado inanición prolongada comienza a consumir alimentos demasiado rápidamente.
Esta condición puede alterar los niveles de electrólitos en la sangre (como fósforo, magnesio y potasio), dañando el corazón, el cerebro, los músculos y otros sistemas. Para evitar esto, cada repatriado tendrá un plan dietético personalizado diseñado por el dietista.
El tratamiento físico generalmente comenzará corrigiendo desequilibrios de electrólitos en la sangre, seguido de una alimentación gradual y controlada que incluye pequeñas porciones de alimentos líquidos ricos en líquidos y proteínas pero bajos en carbohidratos.
Fósforo, potasio y magnesio serán administrados cuidadosamente para estabilizar los niveles sanguíneos. También se monitoreará el equilibrio de líquidos para prevenir edemas o insuficiencia cardíaca. Se observarán de cerca signos vitales como el pulso, la presión arterial y los niveles de azúcar en la sangre junto con el funcionamiento del corazón, los riñones y los pulmones.
La orientación psicológica y el apoyo emocional también serán un aspecto central de la atención. La reintegración a la vida normal puede implicar trauma, que requerirá atención profesional.
Cada persona repatriada estará acompañada por un médico forense, quien será responsable de documentar y recopilar pruebas médico-legales. Este médico se reunirá con la persona repatriada, realizará exámenes necesarios y garantizará la documentación adecuada de cualquier hallazgo relacionado con su cautiverio.
Se asignará una enfermera de enlace de la obra social de la persona repatriada para supervisar su seguimiento médico desde el alta y durante los próximos meses y años.
Al llegar al hospital, las personas repatriadas serán examinadas por profesionales médicos de emergencia y se someterán a pruebas extensas, incluidas radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas. También se les realizarán pruebas de sangre para detectar enfermedades infecciosas, trastornos de coagulación y otras afecciones de salud relacionadas con su cautiverio. Las personas repatriadas de sexo femenino en edad fértil serán sometidas a pruebas de embarazo.
Tras las evaluaciones necesarias, se tomará una decisión sobre si es necesario continuar con la hospitalización o si es apropiado dar de alta para que reciban atención continua en la comunidad. Como se mencionó, se recomienda un período de hospitalización de al menos cuatro días para permitir a los retornados tiempo para descansar, reunirse con la familia y recuperarse de la atención pública, todo ello garantizando su bienestar físico y emocional.
Se instruye a los proveedores de atención médica a establecer clínicas multidisciplinarias ambulatorias para garantizar una atención integral de seguimiento. Esto incluirá el monitoreo continuo de la salud médica y emocional de los retornados.