Durante una visita a Diriyah en Arabia Saudita el martes, a Rabbi Abraham Cooper, copresidente de la Comisión de Libertad Religiosa de EE. UU., se le pidió que se quitara la kipá en público por parte de funcionarios sauditas.
Después de que la delegación abandonara abruptamente Arabia Saudita, la Embajada de Arabia Saudita en EE. UU. publicó en X que consideraban el incidente como "desafortunado" y "resultado de un malentendido". Según la declaración, la embajadora Alteza Real Reema Bandar Al-Saud tuvo la oportunidad de hablar con Cooper para resolver el asunto. Finalmente, afirmaron que "respetan su decisión de no continuar con el recorrido".
Declaración relativa a un incidente reciente en el que se vio implicada una delegación estadounidense de visita en Arabia Saudí https://t.co/t1C1GQZvsx pic.twitter.com/nh4ZIAZxfp
- Saudi Embassy USA (@SaudiEmbassyUSA) 12 de marzo de 2024
Monitoreando la libertad religiosa
Cooper estaba en Arabia Saudita como copresidente de la delegación del gobierno de EE. UU. encargada de monitorear la libertad religiosa a nivel mundial. Llegando el 3 de marzo, la delegación fue invitada a Diriyah, el hogar original de la familia real saudita.
Después del incidente, Cooper dijo que "a nadie se le debería negar el acceso a un sitio del patrimonio simplemente por existir como judío". También señaló que, dada la creciente antisemitismo en el mundo, sentía que les sería imposible continuar con el recorrido.
Un miembro compañero de la delegación de EE. UU., el reverendo Frederick A. Davie, describió el incidente como "impactante y doloroso" y expresó preocupación por el estado de la libertad religiosa en el país.