El programa nuclear de Irán ha avanzado rápidamente, con su altamente secreta y altamente vigilada instalación de Fordow ahora produciendo uranio enriquecido que está a punto de alcanzar el grado necesario para armas nucleares, según un informe del Washington Post.
Se han reportado que en cámaras de fábrica que, bajo el acuerdo de 2015, habían detenido el enriquecimiento de uranio, ahora se han instalado equipos nuevos que podrían potencialmente duplicar la producción de uranio enriquecido de la planta nuclear, señaló el Washington Post.
Este desarrollo subraya el desmoronamiento del acuerdo nuclear de Irán de 2015, que imponía estrictos límites a las actividades nucleares de Irán. El acuerdo de 2015 fue negociado como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) por los Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama y la Unión Europea, el cual, técnicamente, sigue en vigor, aunque no se cumple.
Mientras los países europeos observan el acuerdo, Estados Unidos se retiró del pacto en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump, lo que ha llevado a que Irán expanda constantemente sus capacidades de enriquecimiento de uranio, acumulando suficiente uranio altamente enriquecido para al menos tres posibles bombas nucleares.
Ningún organismo regulador capaz de detener el progreso iraní
The Washington Post señaló que el colapso del acuerdo nuclear obstaculizó las capacidades de monitoreo e investigación de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en las actividades de armas nucleares iraníes.
Las acciones del país, fortalecidas por su alianza con Rusia, lo han dejado más cerca que nunca de la capacidad de tener armas nucleares, informó The Washington Post.
Los esfuerzos por revivir o revisar el acuerdo han fracasado, con el presidente Biden reconociendo su desaparición en 2022. El colapso del acuerdo no solo ha empoderado a Irán, sino que también ha limitado la capacidad de la Agencia Internacional de Energía Atómica para monitorear y abordar los avances nucleares de Irán.
La situación ha generado preocupaciones sobre una carrera armamentística regional y ha aumentado las tensiones, con Irán empujando límites sin cruzar líneas rojas explícitas. El camino a seguir sigue siendo incierto, ya que las soluciones diplomáticas parecen cada vez más difíciles de lograr.