El destino de Hassan Nasrallah, objetivo principal de Israel en los últimos años, aún es incierto. El hecho de que Israel haya atacado la sede central de Hezbolá mientras Nasrallah estaba allí es un desarrollo dramático.
En primer lugar, Israel deja en claro que Nasrallah está marcado para morir. En segundo lugar, demuestra las capacidades de inteligencia y determinación de Israel. En tercer lugar, Israel muestra que no tiene líneas rojas en su batalla contra Hezbolá; cada figura y cada lugar donde opera Hezbolá será objetivo de manera decisiva.
El ataque fue llevado a cabo por el Escuadrón “Murciélago” 119 de la Fuerza Aérea Israelí, utilizando un avión F-16i conocido como “Sufa” (Tormenta). Los aviones arrojaron toneladas de municiones. Israel realizó el bombardeo mientras el Primer Ministro Benjamin Netanyahu se encontraba en Nueva York, en suelo estadounidense.
Hassan Nasrallah, de 64 años, ha sido líder de Hezbolá durante cuatro décadas y es uno de los adversarios más desafiantes de Israel en las últimas décadas. Está estrechamente alineado con Irán y, aunque no fundó Hezbolá, ha dado forma a la organización a su imagen.
Nasrallah comenzó su trayectoria en la organización durante sus años escolares en la ciudad de Tiro. Frecuentaba la mezquita principal, llamando la atención del predicador Muhammad al-Gharawi, quien quedó impresionado por la inteligencia de Nasrallah y su interés en estudios teológicos.
Al-Gharawi lo recomendó a Ayatolá Muhammad Baqir al-Sadr, una figura destacada en los seminarios chiitas en Najaf, Irak. Después de terminar la escuela secundaria aproximadamente un año después, Nasrallah se mudó a Najaf para comenzar sus estudios.
Formación de Hezbolá
Allí conoció a al-Sadr, quien lo puso bajo la tutela de Abbas al-Musawi, un estudiante libanés del Valle de la Bekaa que luego se convirtió en líder de Hezbolá. A tan solo 16 años, Nasrallah formó un vínculo profundo con al-Musawi, cuyas enseñanzas moldearon significativamente su visión del mundo.
Tras el asesinato de al-Musawi, Nasrallah fue designado como su sucesor.
En ese momento, los funcionarios israelíes subestimaron el potencial del joven líder para superar a sus predecesores, convirtiendo a Hezbolá en una organización mucho más poderosa y peligrosa que antes.