El ataque al búnker del Secretario General de Hezbolá, Hassan Nasrallah, es nada menos que un evento sísmico en el Medio Oriente. Con Israel habiendo cambiado las reglas del juego, ¿qué viene ahora? El riesgo de un conflicto más amplio ha aumentado, pero también existen oportunidades para un acuerdo integral, todo ahora depende de la respuesta de Hezbolá.
El intento detrás del ataque del viernes a la sede central de Hezbolá, con el objetivo de golpear a Nasrallah, representa un cambio regional, aumentando la probabilidad de una escalada más amplia al mismo tiempo que crea oportunidades para un acuerdo integral.
Un cambio en las reglas de combate
En primer lugar, la movida señala un "cambio en las reglas de combate" en la lucha contra el denominado eje del mal. El intento de asesinato, cuyo éxito aún no se ha confirmado, envía un mensaje claro de la determinación y audacia israelí a toda la región, en particular a Irán.
Este es sin duda un evento que desestabiliza regionalmente. Si la operación tiene éxito, se abren oportunidades significativas en la lucha contra el terrorismo en el norte con Hezbolá y en el sur con Hamás, así como la posibilidad de buscar acuerdos regionales.
¿Qué sucede a continuación?
Ahora, las FDI deben prepararse para varios escenarios y sus implicaciones, tanto en términos de defender a Israel como de continuar sus operaciones ofensivas.
El escenario más extremo implica a Irán liberando a Hezbolá y los hutíes, permitiéndoles lanzar un extenso ataque de misiles y drones en el frente interno de Israel. En un escenario aún más grave, Irán podría unirse al conflicto directamente con ataques desde su territorio, aunque esta posibilidad se considera baja.
Un segundo escenario más plausible implica represalias dirigidas por miembros del Eje del Mal y otros grupos terroristas, lo que podría llevar a ataques desde múltiples frentes, así como incidentes espontáneos en Judea y Samaria.
La pregunta central es si, independientemente del resultado del ataque, el liderazgo de Hezbolá mantendrá su postura inflexible contra Israel, continuando vinculando el destino de la organización al conflicto en curso en Gaza, o si reconsiderará su estrategia.
En respuesta, las FDI han elevado su nivel de alerta al máximo en defensas terrestres, marítimas y aéreas y están preparadas para los ataques en caso de que la situación empeore. Además, las FDI han reforzado el Comando del Norte con dos brigadas de infantería para prepararse para refuerzos potenciales en Judea y Samaria y, si es necesario, maniobras terrestres en Líbano.