Cambio histórico en el Líbano: Nawaf Salam es nombrado Primer Ministro

Nawaf Salam es nombrado nuevo Primer Ministro del Líbano tras dos años de estancamiento político. ¿Podrá liderar reformas en un país dividido por profundas tensiones sectarias?

 El primer ministro libanés designado, Nawaf Salam, habla en el palacio presidencial, en Baabda, Líbano, 14 de enero de 2025. (photo credit: LEBANESE PRESIDENCY PRESS OFFICE/HANDOUT VIA REUTERS)
El primer ministro libanés designado, Nawaf Salam, habla en el palacio presidencial, en Baabda, Líbano, 14 de enero de 2025.
(photo credit: LEBANESE PRESIDENCY PRESS OFFICE/HANDOUT VIA REUTERS)

El Líbano ha nombrado a Nawaf Salam, el presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), como su nuevo primer ministro, señalando un cambio crucial en la dinámica política del país. El presidente Joseph Aoun designó oficialmente a Salam el lunes después de asegurar el respaldo de una mayoría significativa en el parlamento. El nombramiento de Salam pone fin a un estancamiento político de dos años que dejó al Líbano sin un gobierno funcional en medio de un empeoramiento del caos económico.

Salam, un jurista y diplomático de 71 años, obtuvo el apoyo de 84 de los 128 miembros del parlamento, incluidas facciones cristianas y drusas clave, así como destacados legisladores musulmanes sunitas. Sin embargo, su ascenso enfrentó resistencia por parte del bloque político chiíta, en particular Hezbolá y su aliado, el Movimiento Amal, quienes se abstuvieron de respaldar a cualquier candidato. El líder del bloque parlamentario de Hezbolá, Mohammad Raad, criticó la nominación de Salam, acusando a facciones rivales de fomentar la división nacional.

El nombramiento de Salam es ampliamente visto como un golpe a Hezbolá, que había apoyado al primer ministro en funciones Najib Mikati para otro mandato. El cambio refleja un creciente apoyo nacional e internacional a la reforma política en Líbano, especialmente después de la disminución de la influencia de Hezbolá tras el conflicto del año pasado con Israel y la disminución del poder de su aliado sirio, el presidente Bashar Assad.

Un reformista con profundas raíces políticas

Nawaf Salam aporta una destacada carrera legal y diplomática a su nuevo cargo. Nacido el 15 de diciembre de 1953 en una prominente familia política de Beirut, la línea familiar de Salam incluye a su tío Saeb Salam, quien sirvió múltiples mandatos como primer ministro de Líbano, y a su primo Tammam Salam, quien ocupó el cargo de 2014 a 2016.

Académicamente destacado, Salam obtuvo un doctorado en ciencias políticas en Sciences Po en París, un LLM de la Facultad de Derecho de Harvard y un doctorado en historia de la Universidad de la Sorbona. Su extensa carrera académica y legal incluye la docencia en la Universidad Americana de Beirut y la práctica legal en el bufete de abogados Takla.

 El primer ministro libanés designado, Nawaf Salam, y el presidente libanés, Joseph Aoun, se reúnen en Baabda, Líbano, el 14 de enero de 2025  (credit: LEBANESE PRESIDENCY PRESS OFFICE/HANDOUT VIA REUTERS)
El primer ministro libanés designado, Nawaf Salam, y el presidente libanés, Joseph Aoun, se reúnen en Baabda, Líbano, el 14 de enero de 2025 (credit: LEBANESE PRESIDENCY PRESS OFFICE/HANDOUT VIA REUTERS)

Salam fue embajador de Líbano en la ONU desde 2007 hasta 2017, período durante el cual presidió el Consejo de Seguridad de la ONU y fue vicepresidente de la Asamblea General. Su mandato en la ONU se caracterizó por la defensa de la seguridad y estabilidad de Líbano, el apoyo al Tribunal Especial para Líbano y una postura firme sobre la implementación de las resoluciones de la ONU en el Sur de Líbano.

En 2018, Salam fue elegido como juez en la CIJ y se convirtió en su presidente en febrero de 2024, siendo el primer libanés y el segundo árabe en ocupar el cargo. Su liderazgo en la CIJ atrajo atención global al presidir casos de alto perfil, incluido el caso de genocidio en curso de Sudáfrica contra Israel.

Desafíos políticos y sectarios por delante

El complejo sistema de reparto de poder sectario de Líbano requiere que el primer ministro sea musulmán suní, el presidente cristiano maronita y el presidente del parlamento musulmán chiíta. El trasfondo suní de Salam cumple con este criterio, pero la falta de apoyo de los legisladores chiítas es un obstáculo que tendrá que superar para formar un gobierno funcional.

Los comentarios de Raad, afirmando que la nominación de Salam "sembró división" y expresando preocupaciones sobre el cumplimiento del nuevo gobierno al marco de reparto de poderes confesionales de Líbano, mostraron la insatisfacción de Hezbolá. Sin legisladores chiítas respaldándolo, Salam enfrenta la formidable tarea de equilibrar los intereses sectarios mientras impulsa reformas.

El nombramiento de Salam, respaldado por el presidente Aoun, un cristiano maronita con vínculos con países occidentales y del Golfo, señala una posible reorganización de las alianzas políticas de Líbano. La influencia de Arabia Saudita fue fundamental para asegurar la presidencia de Aoun, lo que a su vez facilitó el nombramiento de Salam.

Crisis económica y agenda de reformas

Salam hereda un país enfrentando una de las peores crisis económicas del mundo desde el siglo XIX. El colapso financiero de Líbano, desencadenado en 2019, ha diezmado la moneda nacional, impulsado la inflación a niveles récord y sumido a millones en la pobreza. Los servicios públicos han colapsado y el sector bancario sigue paralizado.

Los donantes internacionales y las instituciones financieras, incluido el Fondo Monetario Internacional, han exigido reformas amplias para desbloquear la ayuda financiera. La reputación de Salam como reformista genera un optimismo cauteloso de que pueda implementar medidas contra la corrupción y la reestructuración económica esenciales para la recuperación del Líbano.

La formación del gabinete de Salam será crucial. Deberá navegar entre facciones políticas arraigadas para establecer un gobierno capaz de llevar a cabo reformas. Su capacidad para tender puentes entre los grupos alineados con Hezbolá y las facciones reformistas determinará si el Líbano puede liberarse de su ciclo de parálisis política y declive económico.