Casi tres años después de la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán, las mujeres afganas siguen sufriendo bajo el régimen represivo de los talibanes.
La BBC Árabe detalló los casos de varias mujeres que perdieron sus empleos o vieron reducidos sus salarios, algunos hasta un 90%.
La mayoría de las mujeres se vieron obligadas a depender de los ingresos de sus parientes masculinos para mantener a sus familias, cuando antes podían hacerlo de forma independiente.
Además del impacto en sus finanzas, la pérdida de ingresos ha causado un estrés grave en su salud mental y física.
Deprimidas y estresadas
Nadia, de 35 años, era una economista gubernamental senior pero fue bloqueada para trabajar por los talibanes. Solía ganar alrededor de $1300 al mes, pero ahora tiene que mantener a su familia de 15 personas con los ingresos de su hermano, los cuales no son estables y varían mucho.
Solía protestar la situación pero se vio obligada a detenerse después de empezar a temer por su seguridad y la de su familia.
A pesar de postularse para trabajos, no ha tenido éxito; la situación la ha dejado deprimida, según informó el reporte.
Lisa, de 36 años, una profesora universitaria, fue permitida a conservar su trabajo pero a ella, al igual que a todas las profesoras, se le indicó quedarse en casa y se le redujo el salario.
El salario de Lisa era aproximadamente de $500 al mes pero fue reducido a $70 después de que los talibanes tomaran el control.
Según BBC Arabic, ahora depende del ingreso de su esposo para sostener a la familia de cinco, pero como mecánico, apenas gana más que ella.
La pérdida de ingresos la ha obligado a pedir prestado dinero a su hermana, sin saber si podrá devolverlo.
Debido a su situación financiera, no ha podido ir al médico durante su embarazo del cuarto hijo, lo que la deprime aún más.
Zala, una ex fiscal militar, le dijo a BBC Arabic que era la única proveedora para su familia. Recibió su último salario dos días antes de la caída de Kabul.
Su salario de alrededor de $500 al mes había mantenido a una familia de seis personas, pero ahora nadie en su familia podía trabajar, lo que la obligaba a usar sus ahorros.