El Tribunal Federal Alemán confirmó la condena de una mujer de 99 años por complicidad en asesinato debido a su rol como mecanógrafa en un campo de concentración nazi en los últimos dos años de la Segunda Guerra Mundial.
En 2022, a Irmgard Furchner se le impuso una sentencia suspendida de dos años por ayudar y colaborar en el asesinato de 10,505 personas durante su tiempo como secretaria de 18 y 19 años en el campo de concentración de Stutthof.
El Tribunal Federal rechazó el argumento de su abogado de que su participación no iba más allá de realizar actividades "cotidianas" como mecanógrafa. Su fallo en apoyo de la decisión del tribunal inferior es final y no puede apelarse.
"El principio de que las actividades profesionales típicas y neutrales de 'índole cotidiana' no son criminales no se aplica aquí, ya que la acusada sabía lo que estaban haciendo los principales perpetradores y los apoyaba en ello", escribieron los jueces del tribunal de Leipzig.
Muertes por inanición y enfermedad
Unas 65,000 personas murieron de hambre y enfermedad o en la cámara de gas en el campo de Stutthof, cerca de Gdansk, en ese momento aún ciudad alemana de Danzig. Incluía prisioneros de guerra y judíos atrapados en la campaña de exterminio de los nazis.
Muchos fueron transportados desde allí para ser gaseados en Auschwitz.
La falta de comparecencia de Furchner en la apertura de su juicio en 2021 la convirtió, a sus 96 años, en una de las fugitivas más ancianas del mundo, llevando a los jueces a emitir una orden de arresto en su contra.
Ella es la última de una serie de nonagenarios que han sido acusados de crímenes del Holocausto en lo que se ve como una carrera por parte de los fiscales para aprovechar la última oportunidad de hacer justicia a las víctimas de algunas de las peores masacres de la historia.