Acabo de regresar de Israel y de otra conferencia muy exitosa de la Israel Allies Foundation, y me ha decepcionado mucho escuchar los comentarios del senador estadounidense Chuck Schumer. Pidió nuevas elecciones en Israel ahora, en plena guerra. ¿Y por qué razón? Al parecer, para resucitar la "solución de los dos Estados" como parte del "proceso de paz".
¿Acaso no sabe Schumer que hace 20 años, bajo la presión de Estados Unidos, Israel accedió a expulsar por la fuerza a unos 8.500 judíos israelíes de Gaza y entregársela a los palestinos para que se autogobiernen? ¿Qué consiguió Israel con este experimento de "solución de dos Estados"? Consiguió un Hamás fortalecido y un flujo constante de ataques con cohetes, lo que obligó a construir la Cúpula de Hierro y condujo a los horrores del 7 de octubre.
Sorprendentemente, estos comentarios provienen de un hombre que una vez dijo en la CNN, en el contexto de una supuesta interferencia rusa en unas elecciones estadounidenses: "Si la gente piensa que un país extranjero ayudó a determinar nuestras elecciones y pierde la fe en nuestra democracia, ese es el principio del fin de este gran experimento de democracia..."
Entonces, ¿los rusos no pueden interferir en las elecciones estadounidenses pero un estadounidense en Washington, Chuck Schumer, puede convocar nuevas elecciones en Israel? ¿Esto traerá paz y seguridad a los pueblos de la región?
Mi recomendación a los miembros de la Knesset y al pueblo israelí es que califiquen las declaraciones de Schumer de meshugas ("tonterías" en yiddish). En el pasado, le he conocido y he debatido con él y, en mi opinión, siempre antepone su liberalismo progresista, desinteresado por lo que realmente es mejor para el país en cuestión o para su pueblo.
En plena Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos bombardeaba ciudades en Japón y Alemania, ¿qué acogida habría tenido en Estados Unidos que un líder mundial hubiera pedido a Estados Unidos que cesara y desistiera y, en su lugar, buscara una solución negociada o pidiera un cambio de presidente?
El presidente Harry Truman siguió adelante, continuamos con los bombardeos y Estados Unidos ganó, pero no porque quisiéramos matar a civiles inocentes alemanes y japoneses. Truman siguió adelante porque quería poner fin a la guerra y evitar el continuo coste de vidas humanas. Una de esas vidas que creo que Truman perdonó fue la de mi padre, que se estaba entrenando para formar parte de la primera oleada que invadió Japón. También salvó a cientos de miles de civiles japoneses inocentes que, con toda seguridad, habrían perecido en una invasión terrestre estadounidense prolongada.
Chuck Schumer, Joe Biden y George Soros creen en la "solución de dos Estados". Hay que recordarles que lo intentamos en Gaza, y como resultado recibimos a Hamás. Los israelíes estaban dispuestos a dar una oportunidad a la paz, y lo que obtuvieron a cambio fue un campamento armado justo en su frontera y 1.200 personas inocentes asesinadas.
Los sentimientos de Schumer me recuerdan una expresión que aprendí de uno de mis mentores, el ex líder de la mayoría republicana Dick Armey, cuando servía en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Él decía: "Los conservadores lo creen cuando lo ven, los liberales lo ven cuando lo creen".
A Schumer le convendría dedicar unos minutos al sitio web de Palestinian Media Watch (PMW) e informarse sobre los palestinos. Nunca han estado y probablemente nunca estarán abiertos a una solución de dos Estados y a vivir pacíficamente junto a Israel.
Su idea de "tierra por paz" es expulsar a todos los judíos de la tierra. Sr. Schumer, cuando dicen: "Del río al mar, Palestina será libre", quieren decir libre de judíos, no establecer la libertad de expresión o la libertad de religión como existe en Israel.
Visitar Israel después del 7 de octubre fue una experiencia que me cambió la vidaDurante nuestra reciente conferencia viví muchos momentos dolorosos. Tuvimos la oportunidad de visitar un kibutz cerca de Gaza que había sido invadido el 7 de octubre. Cientos de israelíes murieron y otros fueron hechos prisioneros. Conocimos a la madre de un joven que actualmente es rehén. Pudimos ver el dolor en sus ojos.
Una de las imágenes más memorables e inusuales ocurrió mientras mi esposa y yo cenábamos en el restaurante del hotel en Jerusalén. Un joven padre entró con su mujer y sus tres hijos pequeños a cenar. Llevaba un rifle semiautomático al hombro. Parece que Israel se ha dado cuenta de que si más de sus ciudadanos llevaran armas, se podrían salvar vidas, sobre todo si se produjera otro atentado como los dirigentes de Hamás están prometiendo hacer en estos momentos. Ese joven padre estaba allí con su arma para proteger a sus hijos, a su mujer y a sí mismo, no porque quisiera matar palestinos.
Empecé a pensar en su homólogo palestino, quizá con tres niños pequeños en un túnel en algún lugar bajo Gaza, quizá con un arma al hombro. El palestino del túnel tiene su arma no para protegerse a sí mismo y a su familia. La tiene para poder matar judíos. Sabe que su mujer y sus hijos podrían morir en este conflicto, pero le han enseñado a creer que su muerte -e incluso la suya propia- es un honor si ayuda a librar a la tierra del pueblo judío.
La diferencia es cruda y simple. El joven israelí había sido educado en la creencia de que la vida humana es sagrada y debe ser protegida y defendida. Nunca utilizaría a mujeres y niños como escudos humanos.
El joven palestino ha sido educado para creer que los judíos no son humanos y que matar a hombres, mujeres y niños es algo virtuoso por lo que merece la pena sacrificar no sólo su vida, sino la de toda su familia y su comunidad. Lo uno es amor, lo otro es depravación.
Este es un momento crucial para el pueblo judío, Israel y su gobierno. La mejor y única manera de llevar la paz y la seguridad a todos los pueblos de la región es destruir a Hamás, establecer el control sobre Gaza y cerrar las malvadas escuelas que enseñan a los niños palestinos a matar y a odiar.
Israel también tiene que ignorar a Schumer, Biden, Soros y todos sus confundidos seguidores que piensan que entregar el control de Jerusalén oriental y Judea y Samaria (la llamada "Cisjordania") a la Autoridad Palestina (AP) traerá de alguna manera la paz a la tierra.
Sólo cuando la AP deje de enseñar a sus hijos a matar y a odiar en las escuelas gestionadas por la UNRWA, deje de pagar a los terroristas que matan a ciudadanos israelíes inocentes y acepte oficialmente el derecho de Israel a existir, podremos empezar a tener paz.
El autor es ex miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y fundador del Grupo de Congresistas Aliados de Israel. Actualmente preside el consejo de administración de la Israel Allies Foundation.