Garfield, ese gato perezoso y amante de la lasagna, ha vuelto, en La película de Garfield, que se ha estrenado en todo Israel esta semana, y este felino ferozmente egoísta puede ser justo el personaje con el que necesitamos pasar un par de horas ahora mismo.
La película, que no contaba con proyecciones anticipadas antes del cierre de esta edición, es la última representación en pantalla de la huraña mascota.
Aquellos a los que les gusta llevar a sus hijos a ver películas en inglés en lugar de versiones dobladas de películas de animación están de suerte, porque ésta se estrena en los cines en dos versiones, una doblada al hebreo y otra en inglés con títulos en hebreo, probablemente porque las películas de Garfield tienden a atraer tanto a adultos como a niños.
Hay algo liberador y casi políticamente incorrecto en ver a un personaje tan glotón, vago y mandón como Garfield. Aparte de James Bond cuando no está en una misión, ¿qué personaje puede hacer lo que quiera todo el día, todos los días? Correcto, sólo Garfield.
Esta vez, por desgracia, Bill Murray, que puso voz al gato cascarrabias en la película Garfield de 2004 y en Garfield: Una cola de dos gatitos, no está presente. El personaje de Murray, un hipster vagamente hostil, era perfecto para el personaje. En esta ocasión, Chris Pratt pone voz a un Garfield algo menos cínico y con un sonido algo más enérgico.
La nueva película es íntegramente de animación, a diferencia de las dos anteriores, en las que Garfield era animado e insertado digitalmente en escenas de acción real.
La trama
Nos enteramos de cómo Jon Arbuckle (Nicholas Hoult, que debutó en la gran pantalla hace más de 20 años, interpretando al adolescente que se hace amigo de Hugh Grant en About a Boy) conoció por primera vez a su orgullosísima mascota. Jon estaba comiendo un trozo de pizza en un restaurante cuando vio a Garfield, que entonces era un gatito, dando pena en el exterior. Jon le invitó a entrar, y Garfield se consumió la pizza y todo lo que no estaba clavado.
Esta película presenta las habituales payasadas de Garfield, pero luego se adentra en una trama que cuenta cómo Garfield vuelve a ponerse en contacto con su padre, un gato callejero desaliñado llamado Vic, al que pone voz Samuel L. Jackson, de Pulp Fiction y tantas otras películas.
“Estoy mezclado con unos gatos malos, y necesito tu ayuda,” dice Vic.
Garfield responde, “Hace años que no te veo, y cuando lo hago, me arrastras a una vida de crimen.
Vic le pregunta si ha saltado alguna vez a un tren, a lo que Garfield responde, “Yo’nunca he saltado.
Vic está siendo chantajeado por su antigua socia, Jinx (Hannah Waddington de Ted Lasso), y quiere pagarle para que le deje en paz y así poder concentrarse en su próximo atraco: un robo a gran escala de Lactose Farms, tras el cual promete que estarán colocados de por vida.
Liz, novia ocasional de Jon’y veterinaria de Garfield’está interpretada por Dev Joshi. Ving Rhames (que interpretó al jefe mafioso de Jackson en Pulp Fiction) y Cecily Strong, de SNL, interpretan a personajes que se ven envueltos en el atraco, mientras que el rapero Snoop Dog pone voz a un personaje llamado Snoop Cat.
Si desea ver las versiones anteriores de Garfield, puede ver The Garfield Show, una serie de hace unos 15 años, en Netflix. Las dos películas de Bill Murray están disponibles en Disney+ y Apple TV+.
Garfield comenzó como una tira cómica, creada por Jim Davis, que se publicaba en un periódico de Indiana a finales de los años ’70 y que originalmente se llamaba Jon.
Criado en una granja de Indiana con 25 gatos, Davis trabajó más tarde en publicidad y creó la tira cómica, pensando al principio que los lectores conectarían con las historias del nebuloso Jon, pero a todo el mundo le gustaba tanto Garfield que rápidamente tuvo que cambiar el nombre y el enfoque del cómic, admitiendo que Garfield había resultado ser su jefe. Pronto, el cómic se distribuyó en miles de periódicos y ahora también está disponible en línea en Garfield.com/.
Davis atribuye parte de su éxito al hecho de que es apolítico. “Mi comprensión de la política no es muy fuerte”, admitió en una entrevista.
Aunque las películas siempre tienen una trama bastante complicada, los niños que las ven tienden a responder con más fuerza a las cosas tontas, como Jon bañando al ceñudo Garfield y secándole el pelo con un secador. Y parece que aquí hay suficiente de eso para mantenerlos entretenidos.