Los profesionales de las relaciones internacionales están familiarizados con el pensamiento estratégico de China, marcado por siglos de resistencia, sabiduría y serenidad. La dirigencia china enfrenta con gran calma, paciencia y compromiso diplomático a puertas cerradas los desarrollos estratégicos globales a su alrededor, que van más allá de lo que oficialmente se proclama en las declaraciones.
China parece no tener prisa por ascender a la cima del sistema global, sabiendo que la mayoría de los cambios internacionales en curso juegan a su favor. Es crucial para la República Popular evitar cualquier intento de involucrarse en conflictos y guerras preventivas que eliminen sus ambiciones estratégicas antes de que las condiciones sean favorables para su maduración.
En este contexto, las respuestas chinas ante muchas crisis y conflictos alrededor del mundo, especialmente en Ucrania y Oriente Medio, se han caracterizado por un alto grado de compostura y firmeza en la diplomacia. El enfoque está en realizar los objetivos de la política exterior china, en particular la consolidación de los principios del derecho internacional que China ha defendido durante años.
El rol a menudo discreto de China en los asuntos internacionales
Incluyen, por supuesto, el respeto por la soberanía de los estados y la no intervención en sus asuntos internos. Estos principios son importantes para la política china porque Pekín está vinculado con la cuestión de Taiwán, y Occidente sigue interfiriendo en sus asuntos internos bajo el pretexto de defender los derechos humanos y otros temas que provocan al lado chino.
Desde el estallido de la guerra en Ucrania, la postura de China ha evolucionado hacia una neutralidad estratégica. Pekín ha adoptado una posición de neutralidad a pesar de su creciente asociación estratégica y amistad "sin límites" con Rusia.
Esto ha sido descrito por los observadores como una política intermedia, en parte relacionada con el deseo de Pekín de evitar la escalada de disputas estratégicas y tensiones con Estados Unidos y sus aliados occidentales. Además, China necesita proteger intereses estratégicos clave tanto con Ucrania – una parada principal en la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda – como con Rusia.
Dado el significativo impacto económico de la guerra en la economía china, China busca fortalecer su rol global intentando mediar y, de ese modo, jugar un papel en la resolución de la crisis ucraniana. El cálculo final muestra que las ganancias estratégicas de China superan sus pérdidas.
Intereses estratégicos
Analíticamente, es importante entender la posición de China frente a reiteradas crisis internacionales desde la perspectiva de los intereses estratégicos de Pekín. Esto incluye gestionar sus complejas relaciones con Estados Unidos y los aliados de la OTAN.
China ve una oportunidad en las crisis en las que sus rivales estratégicos están inmersos, y donde su fuerza global está menguando, y puede aprender de ellas para manejar dichas crisis y responder de una manera que sirva a sus intereses estratégicos a corto y largo plazo.
Desde el comienzo de la crisis de Ucrania, China la ha visto como un escenario simulado en caso de que China decida anexar Taiwán por la fuerza. El escenario está listo para observar la respuesta militar de Occidente ante crisis comparables y para entender las reacciones occidentales y las redes de alianzas en escenarios similares que podrían ocurrir en Asia Oriental.
En este delicado juego de equilibrios por parte de los tomadores de decisiones chinos, Pekín se abstuvo de votar en dos resoluciones que condenaban la operación militar rusa en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pekín subrayó las estrechas relaciones entre los pueblos chino y ucraniano y propuso una iniciativa de mediación que no recibió mucha atención en Occidente y tampoco fue apoyada por Rusia, reflejando el estado de las relaciones entre ambos países.
La iniciativa china se basaba en principios que Pekín considera primordiales, como el respeto a la soberanía de las naciones, la defensa de los principios de las Naciones Unidas y del derecho internacional, el fin de la "mentalidad de Guerra Fría" y el rechazo a cualquier sanción unilateral fuera de la ONU.
Esos puntos encendieron la ira tanto del lado ruso como del occidental y subrayaron el intento de Pekín de usar la crisis para moldear posiciones internacionales en situaciones similares, como en Taiwán y otros países. Era importante para la diplomacia china utilizar la oportunidad de la guerra de Ucrania para liderar un bloque que está emergiendo silenciosamente a nivel del Sur global.
Este bloque va más allá de los objetivos de los BRICS y apunta a romper la influencia occidental en general. Esta tendencia podría intensificarse durante la guerra de Gaza a medida que la crisis de confianza entre Occidente liderado por Estados Unidos y la mayoría de los países del Sur se intensifica. Muchos de estos países ven a Israel con un resentimiento que iguala su enojo hacia Estados Unidos, que ha renunciado a su percepción de liderazgo en el orden mundial.
Disminución de la influencia estadounidense
Esto crea condiciones internacionales favorables para la diplomacia china, intentando llenar discretamente el vacío estratégico creado por el retroceso de la influencia estadounidense. Una señal preocupante de China fue enviada recientemente a Occidente cuando el Ministro de Defensa chino Dong Jun anunció que Pekín no abandonaría su apoyo a Moscú en el asunto de Ucrania.
Durante las conversaciones con su homólogo ruso Sergei Shoigu, el ministro chino agregó: “Hemos apoyado a ustedes en la cuestión ucraniana a pesar de que Estados Unidos y Europa continúan ejerciendo presión sobre el lado chino. Incluso la cooperación en defensa entre China y la UE está amenazada, pero no cambiaremos ni abandonaremos nuestro curso político establecido por esto. No deberían y no pueden obstaculizar la cooperación normal ruso-china”. También declaró: “Como las dos fuerzas más importantes y clave en el mundo, deberíamos responder de manera decisiva a los desafíos globales”.
Esta reveladora declaración, que expresa directa e inequívocamente el apoyo de China a Rusia y no toma una posición neutral y presenta a los dos países como las "fuerzas más importantes y clave" en el mundo, refleja un claro cambio en la postura de China, dirigido a ejercer influencia, demostrar poder y abandonar cautelosamente la neutralidad.
Es difícil interpretarlo aislado de la rápidamente menguante influencia global de EE. UU. y el punto muerto en Ucrania, que favorecen a Rusia y debilitan la capacidad de Occidente para lograr sus objetivos en las crisis más amplias del mundo.
El escritor es un analista político de los Emiratos Árabes Unidos y ex candidato al Consejo Nacional Federal.