El momento es ahora: Israel debe atacar a Irán con fuerza - opinión

La opinión destaca la urgencia de que Israel tome medidas contundentes contra Irán. Explora las razones detrás de esta afirmación y sugiere las implicaciones de no actuar en este crucial momento.

 'UN MONSTRUO' - Miembros del CGRI asisten a un ejercicio militar de las fuerzas terrestres en la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental en 2022. (photo credit: IRGC/WANA (West Asia News Agency)/Handout via REUTERS)
'UN MONSTRUO' - Miembros del CGRI asisten a un ejercicio militar de las fuerzas terrestres en la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental en 2022.
(photo credit: IRGC/WANA (West Asia News Agency)/Handout via REUTERS)

Mientras el mundo observa con ansiedad, Israel se encuentra en una encrucijada: una oportunidad rara y potencialmente transformadora se presenta en el panorama geopolítico.

Con las próximas elecciones estadounidenses, se ha abierto una ventana única para que Israel tome acciones decisivas contra la República Islámica de Irán, una nación que desde hace tiempo ha representado una amenaza significativa para el Estado de Israel, la estabilidad regional y la seguridad global.

La actual administración estadounidense, bajo el liderazgo del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, se encuentra actualmente lidiando con una serie de desafíos internos y está distraída por las próximas elecciones.

El enfoque en las elecciones y los asuntos internos ha dejado un vacío en la política exterior, especialmente en lo que respecta a las ambiciones agresivas de Irán.

Ahora, más que nunca, Israel debe reconocer la urgencia del momento. Con los recientes ataques de Irán directamente y a través de sus múltiples aliados, y las tensiones cada vez más elevadas, hay un argumento convincente para que Israel actúe rápidamente y con decisión.

 MISILES disparados desde Irán son interceptados sobre el norte de Israel. (credit: AYAL MARGOLIN/FLASH90)
MISILES disparados desde Irán son interceptados sobre el norte de Israel. (credit: AYAL MARGOLIN/FLASH90)

La falta de determinación podría fortalecer a Irán

Harris, en una contienda electoral reñida contra el ex presidente Donald Trump, en particular, no puede permitirse proyectar ninguna apariencia de debilidad.

Ella sabe bien que según todas las encuestas, Irán es ampliamente visto entre el público estadounidense como un enemigo, mientras que el estado judío es visto como un amigo, un aliado y un activo.

Por lo tanto, su apoyo a Israel no es solo una cuestión de principio, es una necesidad política.

Una percepción de falta de determinación por parte de EE. UU. no solo podría fortalecer a Irán, sino también a adversarios como China, que ya está viendo una oportunidad para afirmar su influencia sobre Taiwán en medio de una administración estadounidense distraída. Los recientes ejercicios militares chinos a gran escala que involucraron un número récord de aviones de combate y otros aviones de guerra alrededor del diminuto vecino sureste de China son un testimonio de esto.

Las apuestas son increíblemente altas. Si Irán continúa operando sin control, sus ambiciones nucleares podrían realizarse, desestabilizando la región y representando una amenaza directa para los aliados occidentales, incluidos no solo Israel sino también las naciones sunitas pragmáticas. El entorno estratégico sugiere que una respuesta decidida de Israel no solo podría neutralizar una amenaza persistente, sino también redefinir la dinámica de poder en el Medio Oriente.

Este momento no solo debería ser visto como un desafío, sino como un regalo: una oportunidad para que Israel cambie el rumbo de la historia del estado judío, del pueblo judío y del mundo occidental en general. Una acción decisiva ahora podría cambiar la narrativa de una defensa reactiva a una seguridad proactiva, demostrando que Israel no es solo una víctima, sino un actor poderoso en el escenario global.

Un ataque contundente contra el régimen de la República Islámica también captará el espíritu de una nueva generación combativa en Israel. Mientras muchos pensaban que esta era una generación más suave, adicta a los teléfonos inteligentes y no dispuesta a sacrificarse por el bien común, se ha demostrado lo contrario.

Uno de los espectáculos más notables del último año es presenciar cómo esta generación ha estado a la altura de la ocasión y se ha demostrado entre los más grandes luchadores, devotos y animosos de la historia judía.

Han mostrado la capacidad de estar a la vanguardia en la misión de defender a Israel y al pueblo judío, lo cual debe ser replicado por los tomadores de decisiones al considerar su respuesta al ataque iraní.

La oportunidad no durará indefinidamente, sin embargo. A medida que se acercan las elecciones estadounidenses, las dinámicas políticas cambiarán, complicando potencialmente la capacidad de Israel para actuar. Una victoria de Harris, o la continuación de las políticas de la administración actual, podrían llevar a un entorno más restringido para la acción militar. La ventana para una acción efectiva contra Irán podría cerrarse, dejando a Israel lidiar con un futuro más peligroso.

Las implicaciones de la inacción son profundas. El no aprovechar este momento podría fortalecer no solo a Irán, sino también a otros estados adversarios y entidades terroristas, creando un efecto dominó que desestabilizaría aún más la seguridad global.

Es imperativo que Israel aproveche sus capacidades militares y activos de inteligencia para abordar la amenaza iraní de manera decisiva y frontal.

Desde la masacre del 7 de octubre del año pasado, Israel se encuentra en un momento crucial. Los próximos meses representan una oportunidad única para remodelar el panorama geopolítico y reforzar su posición como aliado crítico de los Estados Unidos y un baluarte contra la tiranía.

Es un momento para tomar acciones audaces, tener visión estratégica y una determinación inquebrantable. El futuro, no solo de Israel sino de todo el mundo occidental, bien podría depender de cómo se aprovecha esta oportunidad.

El escritor es un filántropo y desarrollador inmobiliario con sede en Los Ángeles que se desempeña como presidente de la Mesa Redonda de los Acuerdos de Abraham y el Comité de la Moneda Conmemorativa de Golda Meir en Washington DC.