Más de un mes en la maniobra en Líbano, ha quedado claro que este conflicto alberga lecciones que debemos absorber con urgencia.
Quienes han participado en la operación terrestre ahora están unidos en sus observaciones, que señalan realidades inesperadas e ideas alarmantes que Israel no puede darse el lujo de ignorar.
Debilidad significativa del enemigo: El enemigo resultó ser mucho menos formidable de lo anticipado. En la mayoría de los pueblos, el combate fue mínimo; cualquier resistencia que surgiera fue rápidamente sofocada.
Maniobra lateral, no profunda: Nuestro enfoque operativo se extendió lateralmente a través del sector, involucrando a cada pueblo de la primera línea sin penetrar más profundamente en la segunda línea de pueblos.
Pueblos como campamentos militares camuflados: El descubrimiento de vastas reservas de armas, redes de túneles y centros de comunicación dentro de casi todas las estructuras en pueblos y ciudades chiítas, junto con lanzamisiles posicionados hacia Israel desde múltiples ubicaciones, dejó claro: estos no son meros pueblos sino puestos militares fuertemente fortificados, protegidos por una población civil "solidaria".
Si esta red hubiera sido movilizada por completo, las bajas y los cautivos israelíes podrían haber sido exponencialmente mayores que en conflictos anteriores.
Riqueza inusual en medio de una nación pobre: Aunque Líbano en su conjunto enfrenta dificultades económicas, las casas opulentas, los vehículos de lujo, las piscinas privadas y la opulencia general observada entre la población chií en el sur de Líbano sugieren una marcada concentración de riqueza.
UNIFIL y el Ejército libanés como instrumentos de influencia iraní: Estas dos fuerzas parecen ser actores activos en la estrategia regional de Irán.
Sin duda, han observado los túneles, las trampas anti-tanque, las rutas con trampas, los envíos de cohetes de largo alcance, los drones explosivos y otros armamentos, pero han optado por guardar silencio o cooperar activamente.
Gran aprecio por la comunidad de inteligencia de Israel: Los logros de las agencias de inteligencia de Israel, especialmente el Mossad, son inconmensurables. Sus interrupciones dirigidas de las redes de comunicación de Hezbolá y la eliminación de figuras clave llevaron a Hezbolá al caos, transformando a una organización antes atrevida en una incapaz de ejecutar sus propios planes.
Estos esfuerzos han sido fundamentales para neutralizar amenazas inmediatas, y la nación le debe su gratitud a los individuos detrás de este trabajo crítico.
Sólo hay un camino a seguir
El abrumador consenso entre los combatientes y comandantes del Norte apunta a una clara conclusión: el único camino a seguir es romper el ciclo.
Las lecciones de este conflicto apuntan a una verdad inevitable: Israel no puede permitir que Hezbolá se reagrupe y se fortalezca nuevamente en Líbano.
Existe un temor justificado de quedar atrapados en un "atolladero libanés", pero este riesgo palidece en comparación con el peligro de permitir que Hezbolá reconstruya su infraestructura y reanude sus operaciones terroristas.
Para evitar repetir errores pasados y asegurar nuestra frontera norte para el futuro, Israel debe seguir una estrategia que rompa el ciclo y niegue a Hezbolá la oportunidad de restablecerse.
Expandiendo la maniobra hasta el río Litani: Israel debe asegurar el área hasta el Litani, designándola como una zona de amortiguamiento desmilitarizada, libre de poblaciones civiles, fortificada por una barrera de seguridad adicional.
Esta zona evitaría cualquier posibilidad de una invasión terrestre o ataques masivos con cohetes a Israel.
Un alto el fuego a nuestros términos: Un acuerdo de alto el fuego con Líbano debería incluir el exilio del liderazgo político de Hezbolá y la extradición de sus operadores de cohetes de largo alcance a Israel.
Solo a través de esta medida puede Israel desmantelar la presencia política y militar de Hezbolá en Líbano.
Empoderando aliados en Líbano: Se debería invitar a líderes cristianos y drusos en Líbano a hablar en el Knesset israelí, demostrando apoyo a estas comunidades.
Fortalecer su influencia en el gobierno de Líbano podría ofrecer un contrapeso a Hezbolá y fomentar una mayor estabilidad en el propio Líbano.
Reformas respaldadas por EE. UU. al sistema libanés: Con el apoyo estadounidense, Israel debería abogar por la abolición del "Pacto Nacional" basado en sectores de Líbano, que divide el poder a lo largo de líneas religiosas y ha alimentado décadas de inestabilidad.
Un sistema verdaderamente democrático podría socavar el control de Hezbolá, permitiendo que Líbano surja como una nación estable y autosuficiente libre de la influencia iraní.
Estas medidas representan la mejor oportunidad de Israel para prevenir un regreso al atolladero libanés que lo ha atormentado a través de la Primera y Segunda Guerras del Líbano.
Liberarse del control de los representantes de Irán en el Líbano no solo es factible, sino esencial para la seguridad duradera en nuestra frontera norte.
Sin embargo, esto solo se puede lograr si el liderazgo de Israel demuestra el mismo coraje y compromiso en los pasillos del poder que nuestros soldados muestran en el campo de batalla.
Con las acciones correctas, podemos llevar estabilidad al Líbano y paz duradera al norte de Israel.
Este momento requiere pasos decisivos y un liderazgo visionario que asegurará el legado de aquellos que defienden a Israel y garantizará la seguridad de las generaciones venideras.
El escritor, un mayor de reserva de las FDI, es presidente del movimiento Reservistas de la Generación de la Victoria y CEO de Ad Kan.