La elección de Donald J. Trump a la presidencia trajo alivio a muchos regímenes árabes. Antes de las elecciones, altos funcionarios árabes fueron cautelosos al expresar una preferencia por algún candidato, por razones obvias, pero se cree que muchos favorecieron a Trump sobre Kamala Harris. La reelección de Trump es una buena noticia para los estados árabes, pero en muchos aspectos también para Israel. Aquí está el por qué.
En primer lugar, varios líderes árabes clave ya tenían una familiaridad previa con Trump y su equipo. Se formaron fuertes lazos personales con líderes como Mohammed bin Zayed Al Nahyan, el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, y Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita y gobernante de facto. A lo largo de su campaña, Trump se refirió a bin Salman como un "amigo" y lo llenó de elogios.
En segundo lugar, durante su mandato anterior, Trump tuvo una política clara de no interferencia en los asuntos internos de países extranjeros. Vale la pena mencionar que una vez se refirió al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi como "mi dictador favorito". Se prevé que una segunda administración de Trump continúe con este enfoque, evitando criticar a los regímenes en asuntos como la libertad política y los derechos humanos, alineándose con las preferencias de estos regímenes.
En tercer lugar, existe una expectativa, especialmente entre los estados del Golfo, de que Trump adoptaría una postura más dura hacia Irán que su predecesor, Joe Biden. La creciente confianza de Irán y la de sus aliados, como lo demuestra el ataque de Hamas el 7 de octubre, son vistos por muchos en el Golfo como vinculados a la aproximación relativamente permisiva que Estados Unidos tomó hacia Irán bajo la administración de Biden.
Además, los estados regionales ven a Trump como alguien con estrechos lazos con el primer ministro Benjamin Netanyahu y, lo que es más importante, como alguien con una influencia significativa sobre él, al punto de potencialmente influir en sus decisiones.
Los vecinos de Israel esperan un fin rápido a la guerra en Gaza, que ha aumentado las presiones sobre ellos tanto de sus ciudadanos como de elementos radicales en la región. Esperan que Trump presione a Netanyahu para concluir la guerra incluso antes de que Trump asuma el cargo.
La política no diferirá de la de Biden
La futura política de Medio Oriente de Trump probablemente no diferirá mucho de la de su predecesor, pero potencialmente tiene mucha más influencia sobre árabes e israelíes por igual.
La normalización entre Israel y Arabia Saudita vuelve a estar sobre la mesa. Arabia Saudita anticipa que una administración Trump 2.0 sería más generosa que Biden en términos de incentivos ofrecidos al reino a cambio de la normalización con Israel, adoptaría una postura más dura sobre Irán y presionaría a Netanyahu.
Los lazos personales de Trump con líderes regionales clave y su influencia sobre Netanyahu, que potencialmente llevarían a concesiones de Israel alineadas con las expectativas del reino, como avanzar hacia una solución de dos estados con los palestinos, aumentan la probabilidad de renovar e incluso acelerar el proceso de normalización.
El escritor es un experto en el Golfo, y miembro principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv y del Instituto del Medio Oriente en Washington. Anteriormente ha trabajado en la Oficina del Primer Ministro de Israel.