Una reciente cumbre de emergencia reunió a más de 150 ganadores del Premio Nobel y del Premio Mundial de la Alimentación para abordar el tema crítico de la seguridad alimentaria mundial.
Las conclusiones exigen una acción inmediata. Más de 700 millones de personas carecen de seguridad alimentaria, y 60 millones de niños menores de cinco años sufren de desarrollo cognitivo y físico atrofiado debido a deficiencias nutricionales.
La situación actual es alarmante; sin acción urgente y decisiva, se espera que empeore dramáticamente.
Con un aumento proyectado de la población mundial de 1.5 mil millones para 2050, las perspectivas son profundamente preocupantes.
El cambio climático ya está perturbando la producción agrícola. Al mismo tiempo, la inestabilidad geopolítica reduce los rendimientos y debilita las redes de distribución, mientras que los esfuerzos agrícolas siguen siendo insuficientes para satisfacer la creciente demanda.
Para hacer frente a estos desafíos, necesitamos actuar de inmediato y aprovechar tecnologías avanzadas.
La inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y otras herramientas de vanguardia pueden mejorar los rendimientos y mejorar las redes de distribución.
Ya se han logrado avances significativos en biología y genética, pero debemos acelerar los esfuerzos para desbloquear todo su potencial en aplicaciones prácticas.
Como la Nación Start-Up, Israel es hogar de muchas empresas de tecnología avanzada. Con su liderazgo en IA, ciber tecnología, agri-tecnología y tecnología alimentaria, Israel ha demostrado su capacidad para llevar tecnología innovadora al mercado global.
Estas innovaciones posicionan al estado judío como líder en la lucha contra la inseguridad alimentaria y como un contribuyente clave a la colaboración global.
La innovación israelí como solución
Por ejemplo, las start-ups israelíes están desarrollando sistemas de monitoreo de cultivos impulsados por IA, soluciones de agricultura de precisión y tecnologías de cultivo vertical para mejorar la eficiencia y aumentar los rendimientos.
Estas innovaciones mejoran la producción de alimentos y contribuyen a la seguridad alimentaria mundial.
Las políticas gubernamentales deben apoyar estos esfuerzos.
Los responsables políticos deben incentivar la innovación, eliminar barreras y respaldar activamente la investigación y el desarrollo para garantizar que los avances en tecnología y agricultura sean escalables y accesibles.
En ICL, nos enorgullece contribuir a la seguridad alimentaria mundial.
Nuestro laboratorio de Investigación y Desarrollo (I+D) recientemente lanzado es un testimonio de nuestro compromiso de reducir el hambre y garantizar un suministro de alimentos más seguro para todos. Sin embargo, aún queda mucho por hacer.
La necesidad de acción es urgente, pero el camino a seguir está claro. La colaboración global entre gobiernos, corporaciones, investigadores y otros actores es fundamental para acelerar el progreso.
Juntos, podemos lograr un mundo sin hambre.
El escritor es director de desarrollo corporativo en el Grupo ICL.