La BBC recientemente transmitió un documental llamado Gaza: Cómo Sobrevivir en una Zona de Guerra, que supuestamente contaba la historia personal de un niño de 14 años, Abdullah al-Yazouri. La película, que pretendía presentar la realidad en Gaza a través de los ojos inocentes de un niño, resultó ser finalmente una manipulación mediática severa y sofisticada por parte de Hamas.
Este es el ejemplo más destacado reciente de la explotación cínica de niños por parte de Hamas en la propaganda. Lo que la BBC no reveló a sus espectadores fue el hecho crucial de que el adolescente no es otro que el hijo de Ayman al-Yazouri, un alto oficial de Hamas en Gaza.
A lo largo de toda la película, en un ardid calculado y sofisticado, se ocultó esta conexión familiar, presentando al tío del niño como su padre - un intento transparente de engañar a los espectadores y ocultar la relación con los altos rangos de la organización terrorista.
La película, que estaba llena de escenas preparadas, se convirtió esencialmente en una plataforma para la propaganda de Hamas. Así, la BBC permitió que Hamas utilizara a un niño como una fachada para evocar empatía y transmitir los mensajes políticos de una organización terrorista mientras explotaba cínicamente las protecciones especiales que los medios de comunicación otorgan a los menores.
Lamentablemente, los niños se han convertido desde hace mucho tiempo en un arma de guerra en la propaganda terrorista. En una era donde una sola imagen puede volverse viral en cuestión de minutos y moldear la opinión pública global, la explotación de niños por parte de Hamas se ha convertido en una herramienta estratégica. A lo largo de mi trabajo en el Servicio de Prensa de Israel (TPS-IL) durante la última década, he identificado un patrón sistemático en el que los niños, muertos o vivos, se han convertido en peones en manos de terroristas sin restricciones.
Esto no comenzó recientemente
Durante muchos años, TPS-IL ha estado escribiendo sobre esto y emitiendo advertencias. Por ejemplo, en 2019, tras una investigación que abarcó más de tres meses, expusimos a través de documentación exclusiva de nuestros fotógrafos el uso de niños por parte de Hamas en protestas contra Israel a lo largo de la valla de seguridad en el sur.
En las imágenes, mostramos a líderes de Hamas sentados a cierta distancia, enviando niños hacia adelante con equipo de combate. Incluso, Hamas construyó un parque infantil adyacente a la valla para atraer a los niños y luego transportarlos a estas violentas manifestaciones en autobuses organizados.
Al inicio de la guerra, documentamos equipos de entrenamiento de armas en escuelas de toda la Franja de Gaza, incluidas las escuelas de UNRWA, demostrando que Hamas utiliza a los niños y los entrena para fines terroristas. Durante años, también hemos estado documentando campamentos de verano de Hamas donde entrenan a los niños con municiones reales y los educan para el terrorismo.
Las imágenes reveladas recientemente por un fotógrafo de la agencia TPS-IL añaden otra capa perturbadora a la bien engrasada maquinaria de propaganda de Hamas. El fotógrafo documentó dos instancias separadas de explotación infantil: en una de ellas, los niños fueron preparados para manifestaciones bien coreografiadas, llevando pancartas y recibiendo instrucciones precisas sobre dónde pararse para crear la imagen perfecta para los medios extranjeros.
En el segundo incidente, se documentó cómo específicamente llevaron a niños para que se sentaran en las ruinas de edificios, con el objetivo de crear imágenes dramáticas que aparecerían en los titulares de periódicos internacionales.
¿Estamos finalmente en un punto de inflexión? La gravedad del caso anterior llevó a la líder del Partido Conservador en Gran Bretaña, Kemi Badenoch, a exigir una investigación para determinar si se transfirió dinero a Hamas durante la producción de la película. ¿Podría ser que la BBC no solo sirvió como plataforma mediática para terroristas de Hamas, sino que también financió sus actividades?!
La dura crítica pública obligó a la BBC a retirar la película de su servicio iPlayer y anunciar "una mayor debida diligencia" con la compañía de producción. Pero el daño ya estaba hecho: millones de espectadores en todo el mundo fueron expuestos a propaganda mendaz centrada en un niño que fue explotado tanto por una organización terrorista como por una vez respetada red de radiodifusión británica.
La maldad de Hamas no solo se extiende a abusar de sus propios hijos como herramientas de propaganda, sino también a los niños israelíes durante esta guerra. Uno de los casos más conocidos y verdaderamente impactantes fue el de los niños pequeños de la familia Bibas. Fueron secuestrados de su hogar en el kibutz el 7 de octubre, junto con su valiente madre, Shiri.
Hamas no solo secuestró a estos niños inocentes sino que también los maltrató y asesinó de la manera más brutal imaginable. Como si eso no fuera suficiente, la organización decidió exhibir sus cuerpos en un escenario de rehenes en Gaza, cruzando cualquier línea roja posible de la humanidad: utilizando horriblemente sus cuerpos como herramientas de propaganda.
La explotación mediática es solo la punta del iceberg. La educación de Hamas es el problema central, uno que se enquistará en las generaciones venideras. La organización inculca el odio en los niños desde temprana edad y opera campos de verano donde los menores se entrenan en el manejo de armas y aprenden a "luchar contra los sionistas".
Hamas utiliza a los niños, muertos y vivos, como parte de su mecanismo de propaganda, sin restricciones morales. Los niños no son vistos por Hamas como individuos a proteger sino como herramientas en la lucha cognitiva. Esto se manifiesta tanto en el reclutamiento de menores para actividades terroristas, en su explotación con fines de relaciones públicas, y en el horrible uso de sus cuerpos como medio para propagar el miedo y el odio.
Como profesional experimentado de los medios de comunicación, literalmente en la primera línea de la guerra de la información, hago un llamamiento a mis colegas para que abran los ojos. Verifiquen cuidadosamente sus fuentes. Entiendan que detrás de cada imagen "espontánea" de un niño en ruinas puede acechar un sofisticado aparato de propaganda.
Como seres humanos, no podemos permitirnos ignorar este fenómeno impactante. Nuestro silencio es un consentimiento tácito. Mientras sigamos dando voz a la propaganda que explota a los niños, seremos cómplices en el continuo crimen contra la humanidad de explotar a menores inocentes.
El escritor es CEO de The Press Service of Israel (TPS-IL) y conferenciante sobre medios de comunicación en zonas de conflicto.