Estudios muestran que como el ejercicio causa la liberación de endorfinas estimulantes, hacer ejercicio en la noche puede dificultar conciliar el sueño. Dicho esto, hacer ejercicio en la noche es por supuesto mejor que no hacerlo en absoluto, si este es tu único tiempo libre.
Durante las horas del almuerzo, a veces el ejercicio es menos cómodo, ya que las comidas pesadas pueden reducir nuestra capacidad de ser activos. Además, hacer ejercicio justo después de comer interfiere con la digestión.
Entonces, ¿con qué nos quedamos? La mañana
Es cierto que no todos tienen el tiempo y la oportunidad de elegir entre horarios, pero si lo haces, presta atención a otra ventaja del ejercicio matutino: un estudio publicado recientemente en Cardiology Monthly examinó si hay una conexión entre la enfermedad cardíaca y la hora en la que haces ejercicio.
Los investigadores utilizaron datos de más de 86,000 personas con peso normal o ligeramente sobrepeso, durante seis años, y la frecuencia de ataques cardíacos y otros problemas cardíacos durante este tiempo. La medida a la que se refirieron este tiempo fue cuando hacían ejercicio: por la mañana, a la mitad del día o en la noche.
Según los resultados, la actividad física por la mañana contribuyó a un riesgo significativamente menor de enfermedad cardíaca e infartos, independientemente de la cantidad de actividad que las personas realizaran.
El ejercicio matutino también contribuyó a un mejor sueño. Los investigadores incluso recomendaron agregar una guía para la actividad física por la mañana para cualquier persona que sufra el riesgo de enfermedad cardíaca.