El helado y los snacks son tan adictivos como la cocaína

Estudio revela que los alimentos procesados son tan adictivos como las drogas duras, lo que hace necesario tomar conciencia y actuar respecto a las propiedades adictivas y los riesgos para la salud.

  (photo credit: SHUTTERSTOCK)
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Investigadores han descubierto una verdad alarmante: algunas personas son adictas a los snacks de la misma manera que otros son adictos a la nicotina, la cocaína o la heroína. Un análisis reciente de 281 estudios realizados en 36 países ha revelado que el 14% de los adultos son adictos a los dulces y snacks. Esta adicción no es simplemente un antojo, sino una verdadera dependencia de los alimentos procesados.

El estudio, liderado por Ashley Gearhardt de la Universidad de Michigan, utilizó la Escala de Adicción a la Comida de Yale para diagnosticar la adicción a la comida, aplicando los mismos criterios utilizados para identificar la adicción a sustancias.

Los investigadores encontraron que los alimentos procesados, incluyendo hot dogs, helado, galletas, refrescos y cereales azucarados, han sido vinculados previamente con el deterioro cognitivo, cáncer, angustia psicológica e incluso muerte prematura.

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"La combinación de carbohidratos refinados y grasas que se encuentran frecuentemente en los alimentos ultraprocesados parece tener un efecto supra-aditivo en los sistemas de recompensa del cerebro, por encima de cualquiera de los macronutrientes por separado, lo que podría aumentar el potencial adictivo de estos alimentos," escribieron Gearhardt y los autores del estudio en su nuevo estudio, publicado en The BMJ. Además, el investigador Chris van Tulleken resaltó la naturaleza adictiva de los alimentos procesados, afirmando que muchos alimentos procesados son adictivos, y la adicción a la comida está principalmente asociada con estos productos.

¿Por qué estamos adictos a la comida chatarra?

Aunque la causa exacta de esta adicción sigue siendo incierta, los expertos creen que podría deberse a una combinación de factores en lugar de un componente único, a diferencia de la nicotina en el tabaco. Los alimentos naturales tienden a contener niveles más altos de carbohidratos o grasas, pero no ambos. En contraste, los alimentos procesados contienen niveles desproporcionadamente altos de ambos. Por ejemplo, una manzana tiene 55 calorías de carbohidratos y menos de 2 calorías de grasa, mientras que una barra de chocolate contiene 237 calorías de carbohidratos y 266 calorías de grasa.

Investigaciones anteriores han demostrado que los alimentos azucarados o grasos hacen que las alternativas más saludables sean menos atractivas, lo que lleva a comer en exceso y a aumentar de peso. Los alimentos altamente procesados desencadenan un aumento repentino de dopamina seguido de una caída brusca, creando un ciclo interminable de antojos, consumo y satisfacción temporal, similar a las experiencias de personas adictas al alcohol o las drogas. El estudio también señaló que los aditivos alimentarios podrían intensificar los efectos adictivos de los alimentos procesados, aunque no todos podrían ser susceptibles a sus propiedades adictivas.

Científicos preocupados por los peligros para la salud asociados con los alimentos procesados sugieren que algunos productos deberían llevar advertencias sobre la adicción, al igual que los cigarrillos, ya que estos artículos son ubicuos en nuestra sociedad. La moderación es clave, con expertos recomendando que no más del 10% al 20% de nuestra ingesta de calorías diaria provenga de alimentos procesados, según Healthline. Para minimizar el consumo, van Tulleken aconseja a las personas cuestionar si ciertos productos realmente pueden considerarse alimentos.