El Papa Francisco nombró a la Hermana Simona Brambilla, una monja italiana de 59 años, como prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, convirtiéndola en la primera mujer en encabezar una importante oficina del Vaticano.
Brambilla supervisará todas las órdenes religiosas y congregaciones a nivel mundial, incluyendo órdenes importantes como los Jesuitas y Franciscanos, así como movimientos más pequeños y nuevos. Será asistida por el Cardenal español Ángel Fernández Artime, quien fue nombrado como pro-prefecto del dicasterio. Aún no está claro cómo se dividirán las responsabilidades entre ellos.
"Ella tiene autoridad sobre un cardenal; eso nunca ha sucedido en la Iglesia", dijo Michel Kubler, Secretario General de los Agustinos de la Asunción, según La Croix.
Anteriormente, Brambilla se desempeñó como secretaria del mismo dicasterio desde 2023, trabajando bajo su predecesor, el cardenal João Braz de Aviz, quien dirigió la oficina desde 2011 hasta su jubilación este año a la edad de 77 años. Su nombramiento como prefecta se ve como un avance en los esfuerzos del Papa Francisco por incluir a más mujeres en roles de liderazgo dentro del Vaticano.
Nacida en Monza, cerca de Milán, en marzo de 1965, Brambilla se unió al Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata en 1988 y emitió sus primeros votos en 1991. Antes de ser monja, trabajó como enfermera, habiéndose graduado en 1986. Posee un doctorado en psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana, donde completó su tesis sobre la evangelización e inculturación en Mozambique en 2008.
Brambilla tiene experiencia misionera, habiendo trabajado en Mozambique donde fue responsable del ministerio juvenil y el cuidado pastoral. Desde 2011 hasta mayo de 2023, lideró su orden Consolata como superiora general, habiendo sido reelegida en 2017.
Su nombramiento ha sido recibido con entusiasmo y preguntas respecto a la distribución de responsabilidades con el cardenal Fernández Artime. "Solo demuestra que aún hay ciertos problemas por resolver y obstáculos que las mujeres deben superar para asumir estos puestos en el Vaticano", dijo Kate McElwee, directora ejecutiva de la Conferencia de Ordenación de Mujeres, según The New York Times.
La Hermana Nathalie Becquart, subsecretaria de la oficina del Sínodo de los Obispos, expresó su alegría por el nombramiento de Brambilla, calificándolo de "muy buenas noticias para la Iglesia, las mujeres y los religiosos", según La Croix. "Estas son muy buenas noticias. Es algo completamente nuevo", comentó la teóloga Anne-Marie Pelletier, según la misma fuente.
Bajo el pontificado del Papa Francisco, ha habido un aumento en el porcentaje de mujeres trabajando en el Vaticano, incluyendo en posiciones de liderazgo, pasando del 19,2% en 2013 al 23,4% actualmente. El aumento es parte de una iniciativa más amplia impulsada por el Papa Francisco, que incluye la Constitución Apostólica "Praedicate Evangelium" de 2022, la cual permite a laicos y mujeres liderar dicasterios y ostentar el título de "prefecto".
A pesar de estos avances, aún quedan desafíos. Uno de los principales desafíos que Brambilla enfrentará es la disminución en el número de monjas en todo el mundo. Según estadísticas del Vaticano, el número de monjas católicas ha disminuido de alrededor de 750,000 en 2010 a 600,000 el año pasado, disminuyendo aproximadamente en 10,000 al año.
El Papa Francisco ha nombrado a varias mujeres para ocupar cargos dentro del Vaticano durante su pontificado. En 2016, nombró a Barbara Jatta como la primera mujer en dirigir los Museos Vaticanos, un cargo tradicionalmente ocupado por laicos y una fuente importante de ingresos para el Estado de la Ciudad del Vaticano. En 2022, la hermana Raffaella Petrini fue nombrada secretaria general del Gobernatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano, un papel tradicionalmente ocupado por un obispo.
Las mujeres siguen estando excluidas de la ordenación como sacerdotes, y las discusiones sobre la ordenación de mujeres continúan creando divisiones dentro de la Iglesia. El Papa Francisco ha mantenido la prohibición de sacerdotisas y ha frenado las esperanzas de que las mujeres puedan ser ordenadas como diaconisas.
Este artículo fue escrito en colaboración con la empresa de IA generativa Alchemiq.