El ministro de Cooperación Regional, David Amsalem, del partido Likud del primer ministro Benjamín Netanyahu, advirtió sobre las posibles consecuencias de que el primer ministro sea llevado a prisión por orden judicial, sugiriendo que podría provocar disturbios civiles, en una entrevista en Radio Galey Israel el miércoles.
En la entrevista, Amsalem expresó su preocupación por los constantes llamados a encarcelar a Netanyahu.
"Mencionan esta tontería todas las semanas", dijo, agregando: "Algo loco está sucediendo aquí", refiriéndose a una petición reciente ante el Tribunal Supremo que sugiere que Netanyahu debería ser extraditado debido a supuestas violaciones relacionadas con su juicio en curso.
"Esto es un golpe de estado por excelencia. En mi opinión, conducirá a una guerra civil, no inicialmente con armas, sino con enfrentamientos físicos entre ciudadanos. Podría agravarse", enfatizó Amsalem.
La petición, revisada a principios de este mes por el Fiscal General y la Corte Suprema, argumentaba que la destitución de Netanyahu era necesaria. Sin embargo, los asesores legales no encontraron ninguna razón convincente para actuar sobre la solicitud.
Posible reacción pública negativa
"No permitiremos que esto suceda", dijo Amsalem.
El ministro especuló sobre la reacción pública negativa que podría surgir si se tomara la decisión de detener a Netanyahu, insinuando posibles actos de desobediencia civil espontánea.
"Imagina a personas bloqueando los tribunales o impidiendo que los jueces entren. Así es como las democracias se desmoronan", advirtió.
Cuando se le preguntó si Amsalem podía prever un escenario en el que las fuerzas de seguridad detuvieran a Netanyahu, hizo una comparación con un incidente reciente que involucró a funcionarios de la policía.
"¿Alguien imaginaría a hombres enmascarados arrastrando al Jefe de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, bajo custodia en una esquina de la calle? Es inimaginable. Pero esto es la realidad que están sugiriendo para Netanyahu", explicó.
El primer ministro, actualmente enjuiciado por cargos de corrupción, ha negado repetidamente cualquier mal comportamiento, enmarcando los casos en su contra como motivados políticamente. Sus seguidores hacen eco de este sentimiento, a menudo respaldando afirmaciones de exceso judicial.