La capacidad de Israel para atacar a Irán sin operaciones militares específicas en instalaciones esenciales es una pregunta clave. ¿Puede el gobierno israelí navegar efectivamente por el cambiante panorama político-seguridad regional que se alinea con los EE. UU. y otras naciones para elaborar una respuesta limitada a sanciones severas contra Irán?
Informes extranjeros surgieron temprano por la mañana en Irán, los EE. UU. y otros medios, detallando ataques en Irán, Irak y Siria. El foco se centró rápidamente en una base aérea militar iraní en Isfahán, desde la cual se informa que partieron aviones no tripulados iraníes para un ataque a Israel.
Israel se vio obligado a montar una respuesta militar a la agresión iraní entre el sábado y el domingo. Con presiones diplomáticas de los EE. UU. y otros, ha quedado claro que Israel, bajo tal presión, buscaría "enviar un mensaje" sin escalar a un enfrentamiento directo y prolongado con Irán.
Analizando informes extranjeros sobre la operación relativamente secreta, donde drones pesados atacaron una base aérea militar iraní en respuesta a un ataque a una base aérea militar israelí en el Negev, parece ser una simple ecuación de tit-for-tat. Sin embargo, los ataques focalizados y limitados de Israel contra objetivos iraníes buscan permitir espacio para la negación iraní y evitar desencadenar una respuesta escalada.
La moderación de los EE. UU. y el continuo enfoque en la Franja de Gaza también limitan las acciones de Israel. Abrir un nuevo teatro de guerra contrarrestaría los intereses de Israel en este momento.
Las preocupaciones de Israel también provienen del fracaso de la comunidad de inteligencia para evaluar adecuadamente la agresividad cambiante de Irán en medio de una alianza cada vez más profunda con Rusia. La decisión de los iraníes de intensificar el conflicto interestatal hacia una confrontación abierta aumenta las preocupaciones de Israel.
Considerando una respuesta iraní cada vez
Con cada acción dura o sorprendente contra los intereses iraníes, el establecimiento de seguridad de Israel debe considerar una respuesta iraní directa. Y en esta nueva ecuación, Israel puede necesitar presentar un nuevo actor para disuadir al régimen del Ayatolá.
Otra pregunta apremiante surge: ¿cómo aprovechará Israel la presión internacional para evitar un amplio ataque a Irán? Un ataque de tal magnitud podría escalar la región a una conflagración, lo que llevaría a una coalición contra Irán imponiendo duras sanciones económicas y obstaculizando sus proyectos nucleares y de misiles. Sin tal coalición, Israel e Irán enfrentan una confrontación peligrosa.
El mensaje de Israel, según informes extranjeros, es claro: sabe cómo infligir daño a las instalaciones iraníes sin enviar aviones de combate en un trayecto de vuelo de 1500 km. Esto establece una nueva ecuación: Irán debe extender su alcance para atacar el territorio israelí, mientras que Israel puede retaliar incluso sin operaciones especiales.