El nacionalista holandés Geert Wilders estaba a punto de cerrar un acuerdo -posiblemente tan pronto como el miércoles- para formar el gobierno más derechista de los Países Bajos en décadas, casi seis meses después de una importante victoria electoral.
Se esperaba que Wilders, que ha influido en la política de inmigración holandesa desde los bancos de la oposición desde 2006 y es conocido por sus opiniones francas sobre el Islam, anunciara una coalición de cuatro partidos a última hora del día.
Las conversaciones se han prolongado durante meses desde la inesperada victoria electoral de Wilders el 22 de noviembre, con la inmigración, las finanzas y el clima entre los principales puntos de fricción.
En marzo se alcanzó un gran avance cuando Wilders, de 60 años, rebajó el tono de su retórica contra la UE y el Islam, renunció al cargo de primer ministro y abandonó su oposición a todo apoyo militar a Ucrania.
"No puedo ver que esto fracase", dijo Wilders a la prensa poco después de medianoche, tras 16 horas de conversaciones en las que las partes dijeron haber llegado a un acuerdo sobre las finanzas del Gobierno.
Dijo a los periodistas al entrar en las reuniones el miércoles por la mañana: "Si todo va según lo previsto hoy, será un gran resultado"
Un veterano del Partido Laborista que dirigió algunas de las negociaciones de la coalición, Ronald Plasterk, fue nombrado por los medios holandeses como probable candidato a encabezar un nuevo gobierno, pero eso no ha sido confirmado oficialmente.
El partido de Rutte se unirá a Wilders
El acuerdo reúne al partido saliente VVD, de centro-derecha, del primer ministro Mark Rutte, al nuevo partido centrista NSC y al advenedizo partido de protesta de los agricultores BBB en una coalición con una sólida mayoría de 88 escaños en la Cámara Baja de 150 escaños.
Después de que Rutte anunciara su marcha de la política holandesa el año pasado, Wilders se subió a una ola de sentimiento antiinmigración y antisistema para lograr la mayor victoria electoral de su historia, culpando de la escasez de viviendas a los flujos de solicitantes de asilo.
También se apoyó en la preocupación generalizada por el coste de la vida y el sobrecargado sistema sanitario.
No se han anunciado detalles del pacto de gobierno, pero se espera que el Gobierno entrante imponga políticas migratorias de asilo más estrictas.
Wilders, que mantiene estrechos vínculos con otros populistas europeos, entre ellos Viktor Orban, de Hungría, también ha hecho promesas de un gasto suntuoso en sanidad y una rebaja de la edad de jubilación. Pero las restricciones presupuestarias hacen improbable que los demás partidos apoyen todos estos planes.
Los líderes de los demás partidos en conversaciones también dijeron que se estaba cerca de un acuerdo, aunque aún no estaba claro quién sería primer ministro, y podría llevar semanas acordar los principales cargos.