Yulia Navalnaya reflexiona sobre la realidad de un intercambio reciente de prisioneros que excluyó a su difunto esposo, Alexei Navalny, destacando la esperanza como la lucha continua.
El Kremlin ha negado la implicación del estado en su muerte y ha dicho que no tiene conocimiento de ningún acuerdo para liberar a Navalny antes de su muerte.